En primer lugar, quiero dejar claro que la inmigración es un asunto importante que se tiene que debatir en esta campaña electoral, pero con responsabilidad, en lugar de andar enredándose con polémicas estériles. La inmigración debería ser una política de Estado en el que los grandes partidos lleguen a un acuerdo y que se dejen de lado las falacias, como las que se utilizaron las fuerzas de izquierda cuando el PP aprobó la Ley Orgánica 4/2000. En esta materia no se puede sostener un discurso irresponsable del papeles para todos o utilizar el manido argumento demagógico de que no hay seres humanos ilegales. En efecto, lo que hay que hacer es una política seria, en el que se busquen soluciones adecuadas al problema.
En cuanto a la propuesta lanzada ayer por Mariano Rajoy, que estuve reflexionando detenidamente, hay que ponerle una serie de objeciones:
1º El compromiso del inmigrante, por medio de contrato, de respetar las leyes es simplemente una redundancia. Los extranjeros están obligados a cumplir con las normas de derecho público, porque las de derecho privado se aplica lo pactado o la ley personal para los casos del art. 9 del Código Civil.
2º El respeto a las costumbres. El respeto está implícito en el art. 1 de nuestra Constitución. Si no hay respeto, es imposible el normal desarrollo de un Estado democrático. Además tenemos recogidos en el Código Penal los delitos contra el honor y los delitos contra la libertad de conciencia y el sentimiento religioso, sin olvidarme de los delitos contra la Constitución. Si se considerase insuficiente, lo adecuado sería reformarlo.
3º Se propone que los inmigrantes que firman el contrato se les equipara a los españoles. Esto no es del todo cierto porque la propia Constitución dice en su artículo 13.2 que "Solamente los españoles serán titulares de los derechos reconocidos en el artículo 23, salvo lo que, atendiendo a criterios de reciprocidad, pueda establecerse por Tratado o Ley para el derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales". Esto implica que nunca podrán votar los extranjeros en las generales o autonómicas, implicando también que conceder el derecho de sufragio en las municipales debe guiarse por el principio de reciprocidad.
4º No supone novedad alguna que los extranjeros no comunitarios que no tengan trabajo ni contrato de trabajo pueden obtener los permisos de residencia y de trabajo, y a la hora de proceder a la renovación de los permisos, según el art. 29.2 del Real Decreto 2393/2004, de 30 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, tiene que acreditar que tiene medios de vida.
5º A la propuesta le echo en falta las garantías que se establecerían en el mencionado contrato en caso de que el inmigrante no cumpliese lo acordado, que es, al final, como le pasa a muchas leyes, su cumplimiento. Lo que hay que tener, más que gastar papel en reformas, a veces innecesarias, es financiar de manera adecuada los instrumentos para cumplir la legislación vigente. ¿Para qué sirve endurecer el Código Penal en materia de seguridad vial, si no hay agentes suficientes o medios técnicos adecuados?
6º Efectos retroactivos. ¿Esta medida se exigirá a todos los inmigrantes con sus permisos en regla o se hará con vistas a los nuevos solicitantes del permiso de residencia y de trabajo?
7º Se ha propuesto que los extranjeros que se comprometan a abandonar el país si no encuentran trabajo, ¿se aplicaríaesta medida a los inmigrantes que tienen hijos menores que han adquirido la nacionalidad española, en virtud del art. 22.2.a) CC?
8º Exigir aprender el español puede ser interesantes como una declaración de intenciones, pero tampoco iba a cambiar mucho la situación porque los extranjeros no hispanoparlantes, en la medida de sus posibilidades, aprenden el español. Podría ser una innovación si se estableciese la obligación de recibir clases para una más rápida integración. Esta medida si puede tener su lógica, por otra parte, en las Comunidades Autónomas con lengua cooficial.
8º Exigir aprender el español puede ser interesantes como una declaración de intenciones, pero tampoco iba a cambiar mucho la situación porque los extranjeros no hispanoparlantes, en la medida de sus posibilidades, aprenden el español. Podría ser una innovación si se estableciese la obligación de recibir clases para una más rápida integración. Esta medida si puede tener su lógica, por otra parte, en las Comunidades Autónomas con lengua cooficial.
Estos son básicamente las objeciones que tengo a la propuesta electoral del Partido Popular, dejando por sentado que el contrato para los extranjeros (según algún comentarista político, es un contrato que tiene efectos jurídicos, ¿qué contrato no lo tiene?) no aporta prácticamente nada nuevo, salvo lo de facilitar el retorno al país de origen en caso de no poder seguir trabajando en España. Por eso, la mejor política de inmigración, salvo que se modifique la propuesta, es aplicar la Ley vigente e impedir regularizaciones masivas, y consensuarlo tanto con el partido de la oposición como con el resto de Estados de la Unión Europea, ya que una inadecuada política afecta al resto de miembros por aplicación del acervo Schengen.
6 comentarios:
Escrito de un gran jurista. Sería del agrado de un Castán Tobeñas o un Espín Cánovas.
Para llegar a consensos primero tiene que haber propuestas sobre las que consensuar. Los consensos en si mismo no son buenos, mira el consenso en las cortes autonómicas catalanas con el estatut.
Te ha sido concedido un premio Arte y Pico, pasa a recogerlo por aqui: http://patrilorente.blogspot.com/2008/02/premios-arte-y-pico-08.html
#filomeno2006# Mi artículo puede ser bueno o malo, pero te has pasado llamándome gran jurista. Con ser jurista a secas, suficiente.
#jorge castrillejo# Tienes razón, pero parto de que el PP no va a aceptar todas las pretensiones del PSOE. Los consensos en sí no son buenos ni malos, depende de la voluntad de las partes.
#patricia# un día te la devuelvo
Ya es tarde para que el señor Rajoy haga ninguna propuesta. Que se deje de historias y siga hablando de la ETA hasta el final.
Victor, perdona que te lo diga, pero tu postura es bastante sectaria y nada razonable.
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