Se ha anunciado que ya hay un acuerdo para aprobar la Ley de Memoria Histórica (aunque en esto no está de acuerdo CiU), un acuerdo al que no se suma ERC ni tampoco el PP, obviamente por motivos distintos. Al respecto he manifestado mi opinión en numerosas ocasiones y mi postura es clara y no es otra que, en aras de la concordia y el sentido común, el pasado quede para el estudio por parte de los historiadores o, de manera subsidiaria (si realmente se quiere hacer justicia), que se proceda a realizar un homenaje conjunto. Y, por supuesto, el que quiera dar sepultura digna a sus familiares, que lo hagan con absoluta normalidad.
Lo que me repugna es la utilización electoral que se hace de una tragedia. Y, desde luego, no es de recibo que se niegue a los familiares de asesinados por parte del bando republicano (ya sea por órdenes directas de los mandos o por actuación libre de milicianos) un homenaje realizado por parte de las instituciones democráticas (parece que, para algunas cosas, si vale la dictadura); o que, pidiendo peras al olmo, las direcciones del PSOE y del PCE pidan disculpas por lo que sus compañeros hicieron en el pasado, sobre todo por las órdenes emanadas de altos cargos de dichos partidos. Porque, desde luego, no está bien exigir, como tanto les gusta, a los demás lo que uno no hace.
Obviamente nada de esto pasa por la mente de ningún jefazo de dichos partidos, no porque desprecien a los muertos que sus compañeros causaron, sino porque tampoco les importa ni lo más mínimo las causadas por el bando nacional o por el franquismo, ya que las están utilizando para enfangar la vida política. En efecto, sólo es una excusa para generar un debate estéril que ellos creen que les da votos. Porque si realmente sus motivos fueran loables, a buen seguro, como mínimo, incluirían a todas las víctimas en un homenaje, y que tendría un amplio apoyo social, cerrándose, de una vez por todas, una etapa negra de nuestra Historia. Pero, como viene siendo habitual, la filosofía de la dirección del Partido Socialista no es otra que la de querer dejar al Partido Popular como partido de derecha extrema, como lo han hecho con otras polémicas, por ejemplo, la de los callejeros franquistas, en el que, ni siquiera, son consecuentes, y me remito a los Ayuntamientos donde ellos gobiernan, por ejemplo, los de Sevilla, Córdoba, La Coruña o Lugo.
Todo esto me entristece porque ni las víctimas de un bando ni las del otro se merecen que la clase política polemice de manera absurda con un asunto que, con sentido común y responsabilidad, debería haberse cerrado hace tiempo y por consenso.
Lo que me repugna es la utilización electoral que se hace de una tragedia. Y, desde luego, no es de recibo que se niegue a los familiares de asesinados por parte del bando republicano (ya sea por órdenes directas de los mandos o por actuación libre de milicianos) un homenaje realizado por parte de las instituciones democráticas (parece que, para algunas cosas, si vale la dictadura); o que, pidiendo peras al olmo, las direcciones del PSOE y del PCE pidan disculpas por lo que sus compañeros hicieron en el pasado, sobre todo por las órdenes emanadas de altos cargos de dichos partidos. Porque, desde luego, no está bien exigir, como tanto les gusta, a los demás lo que uno no hace.
Obviamente nada de esto pasa por la mente de ningún jefazo de dichos partidos, no porque desprecien a los muertos que sus compañeros causaron, sino porque tampoco les importa ni lo más mínimo las causadas por el bando nacional o por el franquismo, ya que las están utilizando para enfangar la vida política. En efecto, sólo es una excusa para generar un debate estéril que ellos creen que les da votos. Porque si realmente sus motivos fueran loables, a buen seguro, como mínimo, incluirían a todas las víctimas en un homenaje, y que tendría un amplio apoyo social, cerrándose, de una vez por todas, una etapa negra de nuestra Historia. Pero, como viene siendo habitual, la filosofía de la dirección del Partido Socialista no es otra que la de querer dejar al Partido Popular como partido de derecha extrema, como lo han hecho con otras polémicas, por ejemplo, la de los callejeros franquistas, en el que, ni siquiera, son consecuentes, y me remito a los Ayuntamientos donde ellos gobiernan, por ejemplo, los de Sevilla, Córdoba, La Coruña o Lugo.
Todo esto me entristece porque ni las víctimas de un bando ni las del otro se merecen que la clase política polemice de manera absurda con un asunto que, con sentido común y responsabilidad, debería haberse cerrado hace tiempo y por consenso.
4 comentarios:
Muy buen post y buen blog, tu tambien estas agregados en mis "blogs interesantes" y espero visitarlo asiduamente.
Un saludo
Muchas gracias, yo también visitaré tu blog en la medida que la pasantia me deje tiempo.
Es evidente que había que dar una vía para que aquellas personas de uno u otro bando que sufrieron la guerra y sus consecuencias, pudieran enterrar a sus allegados dignamente, o poder anular sentencias si ello les podía resarcir de algún modo moralmente.
Pero la aritmética parlamentaria es la que hay, y para aprobar la ley se necesitan los Votos de partidos que exigían un ley que no fuera neutra, que tomara partido por uno de los bandos, que parece ser que es lo que se va a aprobar.
Pero como es habitual no afectara a la inmensa mayoría de ciudadanos que ven la guerra muy lejana, y tienen otras preocupaciones.
Pero el Gobierno podía haber optado por una ley consensuada con el PP, y así, de una vez por todas, se cierra el maldito debate, que ya cansa lo suyo.
El problema es que se utiliza para encrespar la vida política, y eso afecta a la sociedad, y eso lo emponzoña.
Obviamente al PSOE le interesaba más una polémica que un acuerdo.
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