Ayer, en la Gala 13 de la presente edición de Operación Triunfo u Operación Tufo, como lo denominé en un artículo anterior, Sandra, antes de defender la canción asignada por Noemí Galera (a la que maliciosamente, por querer hacer sentir culpable a Virginia Maestro por ser elegida por la audiencia como favorita, en un Foro, la apodo como “la que hay que mandar a Galeras”), pidió disculpas a la audiencia por su reacción ante la valoración de Risto que tuvo la semana pasada. Cosa, a decir verdad, que le honra mucho, porque rectificar es de sabios.
Antes que nada, pensando en los lectores de mi blog que no saben cómo fue la cosa, creo oportuno poner las imágenes del suceso al que me refiero.
Una vez puestos en antecedentes, he de repetir mi opinión, formulada en los mencionados Foros, y que consistía en reprochar a la concursante cordobesa, Sandra, su comportamiento. En efecto, lo que hizo en la Gala 12 fue totalmente desafortunado e inaceptable, especialmente su amenaza de marcharse del plató si seguía hablando Risto.Esto se puede considerar una falta de respeto a la audiencia, a esas personas que luego querrá ella que le compren sus discos, a sus compañeros y a los profesionales que hacen posible la emisión del programa.
Se puede entender que piense que lo que dijo Risto es incorrecto o una tontería, es libre de pensarlo, pero tampoco debió comportarse como una grosera y una mal aprendida (prefiero pensar eso que afirmar que ha sido una maleducada, por el respeto que hay que tener a sus padres). Lo que tenía que haber hecho es escuchar y luego responder con respeto, aunque crea que el interlocutor no lo haya hecho. Hacer lo contrario es rebajarse a su nivel. Además con ello le dio la razón a Risto cuando dijo que, si hubiera un concurso de pintores y tuvieran que reconstruir la Historia del Arte, a ella le darían un rodillo (El video de Youtube para el que lo quiera ver o volver a ver).
Menos mal, como dije al principio, que pidió disculpas. Y tampoco es justo echarle toda la culpa a Sandra, porque más culpables son los profesores de la Academia, encabezados por su director, Ángel Llácer, que no sólo no han corregido su comportamiento, sino que les han apoyado cuando arremetían contra Risto. Cuando su obligación era enseñarles a comprender el significado de que “no hay mal que por bien no venga”. Esto es que utilicen las valoraciones de Risto para asumir con filosofía y con pragmatismo las malas situaciones que les pueden venir cuando no estén resguardados en la Academia. Pero justo al contrario el claustro de profesores ha optado por utilizar a los concursantes como fuerzas de vanguardia en la lucha que mantienen con el publicista y jurado, para que les partan a sus pupilos la cara, rompiendo de esta manera sus sueños de triunfar en el mundo de la música y aceptando el papel de meros comparsas en programas del cotilleo. Mientras tanto, los profesores, en consuno con la Galera y Jesús Vázquez, se ponen en la retaguardia y, como mucho, reciben salpicaduras de sangre de la cara de los miembros de las tropas auxiliares. Todo esto para que la aumente más la audiencia del programa. Aunque Risto también lanza ataques directos a la retaguardia, como, por ejemplo, cuando le recordó al presentador que le pagan por presentar no por opinar o, en la Gala 10 antes de empezar a puntuar, dijo que "viendo lo que han opinado mis compañeros (que sois la mejor edición de OT, que cantáis como los ángeles) creo que deberían dejar de repartir dopamina".
1 comentario:
He escuchado al Risto ese alguna vez. ¡Es un genio tuerto en un reino de ciegos!
un abrazo
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