Desde que dejara de ocupar el cargo de asesor del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Oviedo, la política local no ha cambiado absolutamente en nada, salvo en muchos rostros. Pero, en lo demás, insisto, sigue siendo igualmente soporífera. Los plenos a los que iba eran prácticamente un calco, no había día que no se acusase al equipo de gobierno de endeudar al Ayuntamiento. Alguna vez ya comenté que se podrían grabar las intervenciones y reproducirlas en las siguientes ocasiones.
Pues bien, para variar, ahora nos están obsequiando con una absurda discusión sobre la declaración patrimonial del Alcalde, a la que se unió la posterior polémica sobre las obras realizadas por la portavoz socialista, Paloma Sainz, en su casa. Esta absurda polémica surge de la propia incompetencia de los ediles socialistas al darle demasiada importancia a las declaraciones patrimoniales publicadas la semana pasada. Para empezar, su publicación deriva de la aplicación de la ley, y si ellos consideran que alguna declaración patrimonial es incompleta deberían adoptar las medidas legales oportunas. Además, de esta manera, aprovechan, como suelen hacer, para enriquecen a algún que otro despacho de abogados a costa de meter la factura a la cuenta de gastos del Grupo Municipal, es decir, al propio Ayuntamiento. Esto me recuerda la indecencia con la que actuaron contra Javier Sopeña, ex concejal y ex senador, y que los socialistas ovetenses se apresuraron para hacer demagogia con la publicación voluntaria de las declaraciones patrimoniales de los miembros que formaban el Grupo Socialista en la anterior legislatura, y sobre todo lo inexactas que eran.
Por otra parte, es un error político, por la sencilla razón de que no cala en la gente de la calle, por mucha difusión que aparezca en los medios de comunicación de las supuestas irregularidades cometidas por el equipo de gobierno. Para comprobarlo, se le puede preguntar a cualquier persona normal al respecto, y, sin ningún tipo de dudas, afirmaría que todos los políticos son iguales, y por eso pasan olímpicamente de este tipo de disquisiciones. En cambio, van a seguir votando al partido que gobierna si siguen percibiendo que los servicios públicos siguen funcionando correctamente y siguen percibiendo las mejoras en la ciudad.
Por otro lado, en respuesta, a las acusaciones del PSOE ovetense de ocultar información en las declaraciones patrimoniales, el PP salió a la palestra, como era del todo previsible, contestando a dichas acusaciones. Lo más llamativo fue la afirmación del concejal de cultura, el asturianista Arias Cachero, de que la obra que hizo la portavoz socialista en su casa se hizo sin licencia municipal de obra. Puede que mi apreciación sea errónea, pero sacar a colación la citada obra es desafortunada. Por la simple razón de que no deja bien a los técnicos municipales, que tienen que tener conocimiento de ello, porque, de lo contrario, no diría el concejal de cultura nada al respecto, y, por lo tanto se debería haber incoado el oportuno expediente sancionador, salvo que haya sido la propia Sra. Sainz la que se lo haya comentado personalmente en una charla amistosa. Pero, de lo contrario, si no hay constancia oficial alguna y la información no ha provenido de la propia portavoz socialista, se me antoja muy arriesgado sostener que "no resistiría una inspección ocular de su bajo cubierta, al menos desde el punto de vista urbanístico".
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