El poderoso Silvio Berlusconi ha vuelto a ganar las elecciones generales por mayoría absoluta en Italia, después de una legislatura en el que el Gobierno del otrora Presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, fracasó estrepitosamente. Por lo que los italianos, que han preferido al malo que al peor, tienen de nuevo a Silvio Berlusconi, el magnate de los medios de comunicación.
Sobre la reelección de Berlusconi, tengo que confesar que no me gusta que retorne al poder, pese a que prefiero, como es lógico, que gobiernen liberales y/o democristianos a socialistas. No me gusta su manera de hacer política, con todas sus excentricidades, ni tampoco me agrada que una persona que controla tantos medios de comunicación en Italia influya, durante su mandato, en la televisión pública. Si ya aborrecía que Polanco tuviera El País, la SER, AS, Digital Plus y, hasta no hace mucho, todos los derechos del fútbol, por coherencia, me tiene que parecer detestable el monopolio del italiano. Porque sencillamente los monopolios en los medios de comunicación dañan terriblemente las democracias. Sin prensa libre e independiente no se puede formar una adecuada opinión pública.
Por lo que Italia necesita una tremenda renovación de su clase políticas, más que en nuestro propio país, que ya es decir. No se pueden permitir los transalpino, si quieren seguir estando en la élite, que la actual casta dirigente permanezca in illo tempore. Y, desde España, quiero manifestar mi apoyo a todos los italianos que deseen plantear iniciativas que conduzcan a una verdadera regeneración democrática.
Sobre la reelección de Berlusconi, tengo que confesar que no me gusta que retorne al poder, pese a que prefiero, como es lógico, que gobiernen liberales y/o democristianos a socialistas. No me gusta su manera de hacer política, con todas sus excentricidades, ni tampoco me agrada que una persona que controla tantos medios de comunicación en Italia influya, durante su mandato, en la televisión pública. Si ya aborrecía que Polanco tuviera El País, la SER, AS, Digital Plus y, hasta no hace mucho, todos los derechos del fútbol, por coherencia, me tiene que parecer detestable el monopolio del italiano. Porque sencillamente los monopolios en los medios de comunicación dañan terriblemente las democracias. Sin prensa libre e independiente no se puede formar una adecuada opinión pública.
Por lo que Italia necesita una tremenda renovación de su clase políticas, más que en nuestro propio país, que ya es decir. No se pueden permitir los transalpino, si quieren seguir estando en la élite, que la actual casta dirigente permanezca in illo tempore. Y, desde España, quiero manifestar mi apoyo a todos los italianos que deseen plantear iniciativas que conduzcan a una verdadera regeneración democrática.
5 comentarios:
Muy certero en tu análisis José Enrique, seguiré leyéndote a la espera de conocernos personalmente.
un fuerte abrazo
Sebastián
Muchas gracias y un honor viniendo de una persona tan válida como tú, y no pretendo caer bien ni hacerte la rosca. Yo también seguiré leyéndote antes y después de conocernos.
No quiero entrar mucho en la imagen que da, pero lo si es cierto es que él no es bueno para los italianos.
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