martes, 3 de febrero de 2009

MANIFIESTO POR UNA CLASE POLÍTICA MEJOR

Ante tanto despropósito de nuestros políticos, con algunas honrosas excepciones, en la que nos vemos diariamente involucrados en polémicas absurdas que hastían a cualquier émulo del Santo Job, en la que vemos a un Gobierno irresponsable echando siempre balones fuera, con Ministros tan insignes como Maleni o Bermejo; con una oposición que está más entretenido en sus cuitas internas que en ejercer una aceptable oposición, teniendo como última entrega el bochornoso espectáculo de la trama de espionajes que enfrenta a Esperanza Aguirre con Gallardón; con una clase política que tiene tal prepotencia y desprecio al contribuyente que no se corta un pelo a la hora de asumir nuevos gastos suntuarios. En definitiva, y para no alargarlo más con ejemplos, con una clase política, y siendo muy generosos (que cada cual le ponga el epíteto que crea conveniente) son una casta profesionalizada que busca sólo el beneficio personal. Por eso, por lo que cualquier ciudadano de a pie conoce, he decidido elevar mi protestar por lo que tenemos que soportar cada día, y propulsar, con mayor o menos acierto, el MANIFIESTO que a continuación expondré, pero que antes voy a hacer una declaración de principios.

Como ya me expresé en el primer artículo del año (Como católico, unas reflexiones), he tomado la decisión de ser, en la medida de mis posibilidades, coherente con mis principios, sobre todos los de mi fe cristiana, entre los cuales está el defender la causa de la verdad cueste lo que cueste, dándome igual si ello supone algún rechazo o perjuicio. ¡De qué sirve vivir cómodo si tu conciencia no está tranquila! ¡De qué te sirve atesorar fortunas si te cierras las puertas del Cielo!

También pido a la gente que lea el MANIFIESTO que, si está de acuerdo con él, o, al menos, con su espíritu, que me ayude a extenderlo por la Red de redes, aprovechando su blog, bitácora o página web, porque creo que, con ello, podremos generar, gota a gota, una gran océano cibernético en donde quede constancia del malestar general de los españoles, independientemente de sus creencias o ideologías, da igual su condición de izquierdista, derechista, centralista o autonomista, creyente o ateo... Da igual, las dos únicas condiciones indispensables es querer a tu país, a tu gente, a tu familia y tener ganas de querer cambiar las cosas para mejor. Porque querer es poder. Y si fracasamos en el intento, que puede ocurrir, al menos podremos dormir con la conciencia tranquila, que eso si es importante.

Por último, si hay algún mal pensado que crea que esto lo hago por beneficio propio, decir que se equivoca, por la sencilla razón de que lo único que me importa es que el mensaje sea el que triunfe, no yo. Es más, no pido a la gente que esté de acuerdo conmigo que me mencione, si lo hace allá él, sino que traslade el mensaje aunque diga que es anónimo.

Por todo ello, pronuncio el siguiente,


MANIFIESTO POR UNA CLASE POLITICA MEJOR

Con el ánimo de provocar una regeneración de nuestra clase política, que está apoltronada en el poder, y que. con ánimo de perpetuarse in illo tempore, nos engañan, mienten y nos toman por tontos;

Con el reconocimiento de que el problema es culpa nuestra porque nosotros los españoles, o la inmensa mayoría, les hemos votado y confirmado de manera reiterada, hagan lo que hagan, ya sea porque pensamos que no hay otra alternativa, que votamos contra alguien o lo hacemos por tradición, permitiendo que ellos se crean acertadamente que se les ratifica en sus políticas;

Analizando que las altas participaciones en que la mayor parte del voto va a los mismos partidos, ratificándoles en su manera de hacer política;

Creyendo como alternativa en el poder del voto en blanco en caso de que no nos guste lo que nos ofrecen, y que sirve como esperanza a que si aumenta considerablemente el número de críticos con toda la clase política, se verán obligados a cambiar de actitud porque, cuanto más voto crítico, más riesgo de acabar perdiendo el poder si aparece una alternativa que arrastre a los descontentos;

Con el conocimiento de que no podemos contar con ningún medio de comunicación, puesto que todos son terminales del poder o de intereses particulares, y que sólo nos informan de lo que quieren y como quieren, faltando a la verdad en numerosas ocasiones, por no decir que nos mienten;


Con el ánimo de que cambien las cosas, en la medida de nuestras posibilidades, adoptamos la siguiente determinación:

1.- Independientemente de nuestra ideología o creencias, adoptaremos una actitud más responsable en la participación de los asuntos públicos. No abandonaremos nuestro deber cívico para con nuestro país, porque si así lo hacemos, seremos responsables por omisión de lo que pueda ocurrir.

2.- Votar de acuerdo con nuestra conciencia. Ya no volveremos a hacerlo tapándonos las narices. Si seguimos votando a los que no nos gusta, pero que son los menos malos, o por cualquier otro motivo, seremos cómplices de nuestra clase política. Así que antes que el voto apestoso, el voto en blanco.

3.- Difundir este MANIFIESTO por Internet, aprovechando que aún no tiene barreras, para que el mayor número de personas se haga eco de él y podamos convertirnos en una fuerza crítica que podamos hacer frente a los abusos y excesos actuales.


8 comentarios:

Fin de los Tiempos dijo...

Me quedan pocas esperanzas en clase política alguna a estas alturas de partido.

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

Pues por eso digo todo esto, si no nos gusta, votemos en blanco.

Las ideas de JEUGENIO dijo...

Estoy de acuerdo con casi todas las afirmaciones de este estupendo artículo; si lo tuviera que expresar en terminos numéricos, diría que lo apoyo al OCHENTA POR CIENTO.
Sin embargo y por principio, soy contrario al voto en blanco pues de verdad no se sabe a final a quien beneficia; por otra parte, pensar que una masa importante de votos en blanco pueden hacer cambiar a los políticos es, en mi opinion, utópico.
Mi criterio es votar a favor de la formación cuyo programa coincida mayoritariamente con mis ideas y en todo caso impedir que pueda ganar el partido o los partidos cuyo programa detesto.
Mi pragmatismo y realismo me hacen totalmente partidario "del mal menor"

El Berto dijo...

He de ser claramente ESCÉPTICO, mucha gente de varias tendencias (desde radicales, hasta los propios partidos cuya finalidad es el voto en blanco), han buscado en esa herramienta una manera de cambiar…

La inmensa mayoría de los ciudadanos sabemos o tenemos una idea de cómo son y quiénes son los políticos, y se acepta como mal menor, por que?… porque es consustancial al ser humano actuar así, en cualquier época y condición, bajo cualquier tipo de forma de gobierno, es sencillamente inevitable.

Lo que se pretende es mantener esos intereses, esas corruptelas en un nivel TOLERABLE, por ejemplo no era tolerable que el Director de la Guardia Civil fuera un corrupto.

Y al fin y al cabo con mas o menos abstención, con más o menos voto en blanco, las elecciones pasan, el gobierno se asienta y usa ese voto en blanco para atacar el contrario, acaso importo la abstención en el Estatuto Catalan?, los políticos siguiendo haciendo el CENTRO de sus discurso sobre ese Estatuto sabiendo que los ciudadanos pasaban de él.
Votar de acuerdo con nuestra conciencia., es muy discutible, muy ambiguo, mucha gente vota de acuerdo a su conciencia EN CONTRA del Partido Popular, sin importarle como lo haga el PSOE y viceversa.

A nivel personal yo si he optado por votar en blanco en Asturias, por el Areces y por la tomadura de pelo a los Asturianos que hace su supuesta alternativa el PP eligiendo a Ovidio una y otra vez. Pero con la plena convicción de que nada va a variar.

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

#FJ# No es cuestión de programa, ya que el papel lo aguanta todo, sino de manera de hacer las cosas. Y sinceramente creo que se ha de votar al mejor no al menos malo, y sino no votarles, porque sino sería ser cómplices de lo que ellos hagan. Sabes por qué no funciona el voto en blanco en España, o la abstención, por los siguientes datos:

Generales 2008: 26.15% de abstención, y del 73,85 de los que votaron, sólo el 1.11 % en blanco.

Generales 2004: 24.34% de abstención, y del 75.66% de los votantes, 1.58% en blanco.

Generales 2000: 31.29% de abstención, del 68,71% de los votantes, en blanco el 1.58%.

Generales 1996: 22.62% de abstención, y del 77.38 de los votantes, el 0.68% en blanco.

Generales 1993: 23.56% de abstencion, y del 76.44 de los votantes, el 0.8% en blanco.

Municipales 2007: 36.73% de abstención, y del 63.27 de los votantes, 1.94% en blanco.

Municipales 2003: 32.33% de abstención, del 67.67 de los votantes, el 1.76% en blanco.

Con estos datos se llega a la conclusión que los aparatos de los partidos politicos se sienten respaldados y atribuyen la abstención, que no es mucha, por cierto, a los que les da igual la política y nunca van a votar, con lo que no supone un peligro para ellos. Además les encanta presumir cuando hay una alta participación, se sienten más respaldados, aunque lo hagan fatal. En cambio, como ves el voto en blanco no llega ni al 2% de los votantes, con lo que tampoco les supone nada en relación a la cantidad de votos que mueven.

Si cambiamos la tendencia, en lugar de ser demasiado pragmáticos tapándonos las narices, y votamos en blanco, y aparece, en lugar de un prácticamente nulo 1% o 1.5% de voto en blanco, sube, por lo menos, a un 10%, sobre todo si provienen de sus votantes, les hará reflexionar y cambiar de actitud para intentar recuperar ese voto perdido, o, en su defecto, podría generar movimientos en las bases de los partidos o que aparezca un partido nuevo que intente aglutinar el voto en blanco, que es el decididamente crítico.

Y si no sale, podremos decir que no gobiernan o están en el poder, en mi nombre.

Fijate que en EEUU la abstención es enorme, y tiene una clase política muchísimo mejor que la nuestra.

#El Berto# Hiciste muy bien en votar en blanco, has dado un ejemplo que yo no di en las últimas autonómicas, porque, independientemente de mi filiación política, debía ser antes asturiano que del partido, pensando que era la oportunidad de que Tini no siguiese gobernando, y por culpa del voto útil, el aparato del PP asturiano, se siente respaldado porque aumentó el número de votos con respecto a las últimas elecciones autonómicas.

El Berto dijo...

A ver, no me ha gustado votar en blanco, pero es que en Asturias los tres partidos están para meterlos en un mercante para las quincambas y de paso a los sindicatos de la zona tambien, es precisamente este hartazgo global el que me llevo a votar en blanco.

Yo soy partidario del Voto Util, y de un fuerte bipartidismo, eficiente eso si, hay que tener en cuenta que mientras los partidos grandes pueden tender al desencanto los más radicales conservan a la mayoría de sus adeptos movilizados, no es cuestión que por que tu voto no cuente se esté beneficiando a formaciones de corte radical.

Los partidos a largo plazo podrán cambiar si sus bases son criticas y se fuerza la renovación, pero claro los que en las juventudes políticas de cualquier partido quieren promocionar alto (cargo público relevante y con buenos emolumentos, cargo en asamblea o congreso), suelen tener bastante sintonía con la cúpula y el poder dominante del mismo, digamos que son fagocitados por el sistema.

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

Berto, amigo mío, ¿cómo narices piensas cambiar los partidos políticos desde la base si todos ellos procuran ahogar la participación de los afiliados de base? ¿Tu crees que puede haber renovación, por ejemplo, en el PP de Asturias si es el aparato el que controla todo el procedimiento? E idem de lienzo en el PSOE.

Fíjate que bien le van a los americanos y no son un pais que tienden a una alta abstención. Que, cuando alguien miente, la opinión pública se vuelca contra el mentiroso.

Creo que el cambio debe partir desde la ciudadanía, no desde las bases.

Alawen dijo...

Yo también abogo por el voto en blanco, ya me he cansado del "voto útil" que no vale para nada... Bueno, sí, vale para dar balones de oxígeno a estos ... que nos gobiernan, o que fingen ser oposición.
Un saludo.