martes, 4 de diciembre de 2007

BIOGRAFIA DE JULIO MARTINEZ HOMBRE por María Victoria Martínez-Hombre Capellán

Ingeniero y astrónomo, nació en Infiesto el 16 de febrero de 1893, hijo de Nicolás Martínez Agosti y de Dª María Hombre Chalbaud, fue el mayor de ocho hermanos. Casado con Dª Piedad Capellán Casín, también de Infiesto, tuvieron ocho hijos, todos ellos asturianos.

Estudió el Bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de Oviedo y en el Cardenal Cisneros de Madrid, con la calificación de Sobresaliente.

Hace la carrera de Ingeniero Agrónomo en la Escuela Especial de Madrid, recibiendo el correspondiente titulo el 18 de Diciembre de 1919.

Ingresa en el Cuerpo Nacional de Ingenieros Agrónomos el 27 de Enero de 1920 ejerciendo su carrera en el Servicio Catastral de Zamora y Guadalajara, regresando de nuevo a Zamora donde el año 1924 pasó a la Granja Experimental Agrícola que el Estado tenía en Nava (Asturias) como director.

Con fecha 11 de agosto de 1928 es nombrado, por el Ministro de Agricultura de la República Francesa, "Caballero del Mérito Agrícola" en recom¬pensa de los servicios rendidos a la agricultura.

El 29 de Junio de 1940 lo destinan, como investigador, en el Centro de la Zona Cantábrica y el 6 de Febrero de 1942 es nombrado director del Centro de Investigaciones Agronómicos de la Zona Cantábrica, de Grado.

En el Curso 1924-25 aprueba en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Oviedo, la asignatura de Cosmografía y Física del Globo, habiendo merecido la calificación de Sobresaliente con derecho a Matricula de Honor.

Al leer la obra "Entre los Planetas" de Kurt Laswistz, se interesó por La Astronomía, ampliando sus conocimientos con otros libros científicos sobre la materia. En aquella época se hizo socio de la Sociedad Astronómica Francesa.

No es de extrañar por lo tanto que en su destino de Zamora simultaneara trabajo y estudio de la Astronomía, publicando el libro "Breves reseñas de recientes descubrimientos" (Zamora, 1924. Cuatro estudios astronómicos). En esos arios visitó los observatorios de París y Greenwich.

Intentando compaginar la astronomía con la agricultura, desarrolló varios estudios experimenta¬les sobre la influencia de la luna en los cultivos. La revista “Agricultura” (Madrid, marzo de 1930) recoge estos trabajos.

Para sus estudios astronómicos adquirió un telescopio de avanzada tecnología que desapareció en 1936. Este telescopio le facilitó la determinación de la situación de las estrellas polares Norte y Sur en relación con el planeta Marte.

Se interesó sobre la vida y obra del matemático asturiano Agustín de Pedrayes, Hizo un estudio sobre él y publicó lo investigado en la revista "Asturias", órgano oficial del Centro Asturiano de Buenos Aires, en septiembre de 1.929. El trabajo Lo tituló "Un sabio asturiano: el matemático Agustín de Pedrayes".

A instancia suya en 1.925, siendo concejal del Ayuntamiento de Oviedo don Rogelio Masip Pueyo, matemático y catedrático de instituto, a quién le unía, además de lazos familiares, una entrañable amistad, el Ayuntamiento acordó dar el nombre de Matemático Pedrayes a una calle de la ciudad, Con Rubio Vidal y el sacerdote Alonso Trujillo, fundó en Oviedo la Agrupación Astronómica Asturiana, que al ocurrir su fallecimiento, no sabemos el rumbo que tomó o si desapareció a pesar de estar firmemente constituida con estatutos aproba¬dos. Era socio honorífico de Asociaciones Astronómicas de Londres, París y Roma.

Gran admirador de Isaac Newton, no dudó en viajar a Inglaterra para conocer su lugar de nacimiento y el entorno donde se desarrolló el trabajo y la vida del ilustre sabio con las naturales transformaciones y consiguientes cambios sufridos por el tiempo. Este entorno le hace evocar a su querida Asturias, por encontrar en el campo nuestras mismas flores e idénticas especies arbóreas. A su regreso pronunció un discurso como secretario de la Agrupación Astronómica Asturiana, antes mencionada, que versó sobre "La leyenda Newtoniana", dentro de la conmemoración del tercer centenario del nacimiento de Sir Isaac Newton, que la Universidad de Oviedo, con su entusiasta iniciativa y colaboración, le dedicó en 1.944, en su Paraninfo, en sesión solemne presidida por el Rector y con la asistencia dei Vicerrector y Decano de la Facultad de Ciencias, así como numeroso público.

Oviedo, que siempre ha sido y es, eminente foco cultural con una vida intelectual importante en la que Julio Martínez Hombre participaba siempre que sus ocupaciones se lo permitían, facilitó su asistencia asidua a conciertos, conferencias y tertulias, donde gustaba intercambiar impresiones y dialogar sobre cuantos temas fueran surgiendo, ya que su formación académica y su cultura se lo permitían. De espíritu tolerante y progresista estaba siempre bien informado y al día de las publicaciones que salían a la luz. no solamente en España, sino también en otros países y de habla inglesa y francesa, cuyas lenguas dominaba.

Julio Martínez Hombre fue un hombre de ciencia y cultivado. Un estudioso con grandes inquietudes que le llevaron a lo largo de su vida a ampliar estudios en distintos disciplinas y matricularse en la Universidad de Oviedo en cursos de Filosofía y Teología. Profundo y serio en sus planteamientos y rigurosos en sus desarrollos.

Fueron grandes amigos suyos desde sus años juveniles. Ignacio Chacón Enríquez y Fernando Silvela Tordesillas. A Chacón Enríquez le conocen bien los asturianos y aunque él no lo era, siempre llevó a Asturias en su corazón y a ella dedicó su labor y su trabajo. Compañeros de estudios, compartieron siempre afanes e ilusiones.

Hombre de bien, querido por todos, sencillo y afable.

Las características de su carácter hicieron que fuera una referencia permanente no sólo para su familia sino para cuantos le conocieron. Su desaparición repentina y prematura en plena madurez, ocurrida el 4 de diciembre de 1945, nos ha privado del legado de una obra que sin duda hubiera sido extensa e importante.

A su fallecimiento, D. Andrés Alonso Trujillo publica en la revista de Astronomía y Ciencias Afines, de Barcelona, la siguiente nota necrológica: EL día 4 de diciembre de 1945 falleció en Oviedo el ilustre Ingeniero Agrónomo D. Julio Martínez Hombre, Director de la Granja Agrícola Experimental que el Estado tenía en Asturias.

Dotado de extraordinaria cultura científica, artística y de un gusto exquisito era D. Julio un fiel enamorado de las bellezas del cielo y un verdadero astrónomo profesional. Era más, era también un hombre con un corazón de oro, amante de todas las cosas buenas y apenado deplorador de las miserias y desgracias humanas. Lamentaba, como pocos, la incultura general y la paca afición a una ciencia tan grande y hermosa como la Astronomía, que nos pone en contacto directo con la naturaleza y el cielo.

Movido por este hermoso resorte y unido en estrecha amistad con D. Javier Rubio Vidal, profesor de Ciencias de la Universidad y distinguido matemático y Astrónomo y con el que escribe estas líneas fundó la Agrupación Astronómica Asturiana que hoy llora la prematura muerte de su querido secretario. Martínez Hombre era un espíritu selecto, delicado, finísimo, un verdadero hombre de ciencia y un hombre de bien a carta cabal. Redactaba divinamente sus artículos, sus trabajos y sus conferencias. Era un excelente literato, un alma penetrada de todas las bellezas del cosmos y de los grandes misterios de la ciencia.

Ansioso de saber más y más ingresó en la Universidad de Oviedo como alumno cultísimo en el curso de Cultura Superior Religiosa. También quería dominar la Filosofía y la Teología, quería en esto imitar al mismo Newton, tan sabio en todas las disciplinas. Era un famoso devoto de! gran sabio inglés y a su iniciativa entusiasta so debe que la Universidad asturiana unida a la Agrupación Astronómica de esta región, celebrase con gran solemnidad el centenario del insigne astrónomo, gloria de la humanidad entera.

Hombres como D. Julio no debían de morir pronto; no tenia más que cincuenta y dos años. Era como esas afiligranadas torres ojivales que, por sus misma esbeltez y elevación, son victimas de los vendavales y del tiempo en breve plazo.

Una flor tan bella y tan delicada tenia que marchitarse enseguida. Sin embargo, algo duradero y eficaz, es el edificante recuerdo de un hombre tan culto y tan bueno, los que te conocimos no le podremos olvidar nunca.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabio asturiano, como Don Ramón Prieto Bances.

Anónimo dijo...

Familia inmejorable (por parte de padre y por parte de madre)......

Anónimo dijo...
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Unknown dijo...

Sin haberlo conocido me siento orgulloso de tener su mismo apellido.
Brillante biografia.