El sábado se jugó el gran clásico del fútbol español en el Camp Nou, entre el dueño de este campo, el F.C. Barcelona, y el Real Madrid. Como madridista que soy, como es lógico, hubiese deseado que ganase mi equipo de toda la vida, no obstante, sabiendo en qué situación viajaban los blancos a la Ciudad Condal, plagada de bajas, tampoco podía esperar una victoria, teniendo en cuenta que el club catalán está en una forma increíble.
Por eso, pese a la derrota, un mísero 2-0, se puede decir que fue un buen resultado, ya que no hubo una goleada, como muchos culés vaticinaban. Fue un partido intenso y muy igualado pese a que, a día de doy, el Barça es mucho mejor equipo que un Real Madrid plagado de lesiones. Sólo al final del partido, la balanza se inclinó a favor de los azulagranas, pudiendo haberse adelantado el conjunto blanco en el marcador si Drenthe hubiera acertado una clara ocasión cuando sólo la faltaba batir a Valdés.
Por otra parte, y siendo sinceros, como le dije a un amigo que es barcelonista por SMS, dentro del infortunio de tener más jugadores en el Hospital que en el campo, tuvimos suerte de que el entrenador no fuese Bernd Schuster, sino Juande Ramos. Con esto no quiero decir que el alemán sea un mal entrenador, porque algo tiene que tener él si fue capaz de conseguir que el Getafe realizara en la temporada 2006-07 una gran campaña clasificándolo para la UEFA, y al año siguiente consiguió alzarse con el título de Liga de manera brillante y con alirón incluido ganando en la jornada 35 al Osasuna por un 1 a 2. Incluso logró una gesta increíble en la Supercopa de España, remontando con dos jugadores menos en el campo a todo un Valencia. El problema de Schuster no es su calidad como técnico, que, por supuesto, la tiene, sino su carácter, que, como casi todo el mundo sabe, es bastante agrio. Por eso, en esta temporada, que la empezó enfadado porque no le trajeron los refuerzos deseados, no fue capaz de motivar lo suficiente a los jugadores cuando la situación se iba torciendo, cosa que si está haciendo ahora Juande Ramos, que tiene un mejor trato con los componentes de la plantilla; ni tampoco fue capaz de diseñar un esquema de juego acorde con los mimbres que tenía, sobre todo la zaga, porque estaba más obsesionado con la insaciable prensa y en echarle las culpas a los trencillas. Su actitud ha llevado al Real Madrid a cosechar unos pésimos resultados (esto que digo no excluye la gran responsabilidad que tiene Ramón Calderón), siendo uno de los más goleados del campeonato, cuando el año pasado Casillas consiguió el Zamora.
Lo más llamativo del partido del sábado fue el exceso de optimismo de algunos aficionados culés. Oyéndoles sus pronósticos el Madrid menos de cuatro goles no iba a encajar, sin embargo, en lugar de decepcionarles el raquítico 2-0, les pareció un excelente resultado. Es más el entusiasmo con el que lo celebraron se asemejaba más a la reacción típica de la celebración de un título. Incluso los propios jugadores, como el mismo Eto´o, el que se autoexcluyó de hacer el pasillo al campeón de Liga, celebraron los goles como si fuera la final de Copa de Europa. Sinceramente no sé dónde ven tanta emoción en una victoria ante un equipo por 2-0, que venía a disputar un partido en las condiciones en la que venía, que además perdió los dos últimso partidos ante el Sevilla por 3-4 y en Getafe por 3-1. Sin embargo, el gran equipo, el equipo que tantas goleadas metía, no fue capaz de perforar la portería de Casillas, hasta el minuto 83. Lo que me pregunto es si los barcelonistas consideran que con lo del sábado ya se han resarcido del pasillo y goleada de la temporada pasada. Yo no lo creo y por motivos muy obvios.
Por eso, pese a la derrota, un mísero 2-0, se puede decir que fue un buen resultado, ya que no hubo una goleada, como muchos culés vaticinaban. Fue un partido intenso y muy igualado pese a que, a día de doy, el Barça es mucho mejor equipo que un Real Madrid plagado de lesiones. Sólo al final del partido, la balanza se inclinó a favor de los azulagranas, pudiendo haberse adelantado el conjunto blanco en el marcador si Drenthe hubiera acertado una clara ocasión cuando sólo la faltaba batir a Valdés.
Por otra parte, y siendo sinceros, como le dije a un amigo que es barcelonista por SMS, dentro del infortunio de tener más jugadores en el Hospital que en el campo, tuvimos suerte de que el entrenador no fuese Bernd Schuster, sino Juande Ramos. Con esto no quiero decir que el alemán sea un mal entrenador, porque algo tiene que tener él si fue capaz de conseguir que el Getafe realizara en la temporada 2006-07 una gran campaña clasificándolo para la UEFA, y al año siguiente consiguió alzarse con el título de Liga de manera brillante y con alirón incluido ganando en la jornada 35 al Osasuna por un 1 a 2. Incluso logró una gesta increíble en la Supercopa de España, remontando con dos jugadores menos en el campo a todo un Valencia. El problema de Schuster no es su calidad como técnico, que, por supuesto, la tiene, sino su carácter, que, como casi todo el mundo sabe, es bastante agrio. Por eso, en esta temporada, que la empezó enfadado porque no le trajeron los refuerzos deseados, no fue capaz de motivar lo suficiente a los jugadores cuando la situación se iba torciendo, cosa que si está haciendo ahora Juande Ramos, que tiene un mejor trato con los componentes de la plantilla; ni tampoco fue capaz de diseñar un esquema de juego acorde con los mimbres que tenía, sobre todo la zaga, porque estaba más obsesionado con la insaciable prensa y en echarle las culpas a los trencillas. Su actitud ha llevado al Real Madrid a cosechar unos pésimos resultados (esto que digo no excluye la gran responsabilidad que tiene Ramón Calderón), siendo uno de los más goleados del campeonato, cuando el año pasado Casillas consiguió el Zamora.
Lo más llamativo del partido del sábado fue el exceso de optimismo de algunos aficionados culés. Oyéndoles sus pronósticos el Madrid menos de cuatro goles no iba a encajar, sin embargo, en lugar de decepcionarles el raquítico 2-0, les pareció un excelente resultado. Es más el entusiasmo con el que lo celebraron se asemejaba más a la reacción típica de la celebración de un título. Incluso los propios jugadores, como el mismo Eto´o, el que se autoexcluyó de hacer el pasillo al campeón de Liga, celebraron los goles como si fuera la final de Copa de Europa. Sinceramente no sé dónde ven tanta emoción en una victoria ante un equipo por 2-0, que venía a disputar un partido en las condiciones en la que venía, que además perdió los dos últimso partidos ante el Sevilla por 3-4 y en Getafe por 3-1. Sin embargo, el gran equipo, el equipo que tantas goleadas metía, no fue capaz de perforar la portería de Casillas, hasta el minuto 83. Lo que me pregunto es si los barcelonistas consideran que con lo del sábado ya se han resarcido del pasillo y goleada de la temporada pasada. Yo no lo creo y por motivos muy obvios.
4 comentarios:
No pudo ser, pero el equipo cambió muy positivamente. Con todas las bajas recuperadas, el resultado del partido de vuelta, puede ser otro. Saludos.
Yo confío que, como lleva jugando con Juande, los resultados mejoren notablemente. De todas maneras, el tiempo dirá.
Con mis mayores deseos de que paséis tú y tu familia unas felices Navidades.
Un abrazo.
VILLANCICO DE NAVIDAD
Terly
Fue un día veinticinco de Diciembre,
cuando nació el Niño Jesús en Belén,
¡Qué frío más grande el de aquella noche!
se helaron los charcos y el pozo también.
María y José cantaban al Niño
canciones más viejas que Matusalén
y los pastorcillos con gracia sonaban
zambombas, panderos y hasta la sartén.
Mientras la mula y el buey resoplaban
y daban calor al Rey en los pies,
los Magos le dieron valiosos regalos
de oro, incienso, mirra y dijeron, amén.
Una estrella brillaba en el cielo
que iluminaba toda Jerusalén,
¡anuncio de Dios que a todos traía
un mensaje de amor, de paz y de bien!...
Terly primero disculparme por el retraso, y en segundo lugar, gracias e igualmente. Siento también no poder corresponderte con un villancico.
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