martes, 9 de septiembre de 2008

SOBRE SOPENA E IGLESIAS

Si la semana pasada mencionaba, a modo de ejemplo, a La Noria, presentada por Jordi González, esta semana voy a centrarme en esos paradigmas de la sensatez, imparcialidad y decencia, cuyos nombres son Enric Sopena y María Antonia Iglesias, entiéndase la ironía, que participan como comentaristas políticos en dicho programa de T5. Pues bien el pasado sábado, cuando se trataba el asunto de la última garzonada, volvieron a dejar patente su manera de ser que no es otra que, en el caso del primero, levantar la ceja cuan erudito fuera, dándoselas de listo y mirando por encima del hombro a los demás, aparte de ser bastante sectario; en caso de la segunda, se resume en que necesita calmantes en una dosis de caballo, porque no lleva con paciencia que nadie le lleve la contraria.

Tampoco me gusta, por otra parte, la actitud de algunos de los tertulianos, que el presentador denomina de la otra España, por ejemplo Miguel Ángel Rodríguez, ex portavoz del primer Gobierno de Aznar, debería decir las cosas con más seriedad. Y sobre todo no interrumpir cuando están en el uso de la palabra otras personas, principalmente porque con qué cara se le puede recriminar a nadie que te interrumpa. Esto no debería ser la aplicación de la ley del embudo, lo más estrecho para ti y lo más ancho para mí.

Como no vengo a analizar los pormenores de las tertulias de La Noria, sino a hablar de Enric Sopena y María Antonia Iglesias, que presume de ser católica, en la tertulia política del pasado sábado. En primer lugar, en consonancia con mi último artículo, han demostrado de manera palmaria que no les interesa las víctimas de la guerra civil más que para levantar un tupido velo sobre asuntos más importantes, como la odiosa crisis económica. Por eso no es de extrañar que el irracional partidismo de la Sra. Iglesias le lleve a caer, no sólo en comportamientos antidemocráticos, como es faltar el respeto a la gente de derechas, sino que además el Estado de Derecho le importa bien poco, como cuando a los argumentos de tipo jurídico Isabel Durán sobre la no competencia de los Juzgados Centrales de Instrucción, que si esa lista le correspondía hacerla al Gobierno o que si ya archivó una denuncia o querella contra Carrillo alegando la Ley del indulto de 1977, salió como es típico en ella, bramando, arremetiendo contra la derecha y su poca caridad cristiana, cuando lo normal es hacerlo desde el mismo plano. Así que es normal que uno deduzca que para la periodista, a la que tanto debe al PSOE, la Ley puede ser soslayada o infringida cuando interesa.

En cuanto al señor Sopena, destacó por ser un mentiroso o un manipulador cuando seguía con los manidos estereotipos, los buenos de los republicanos y los malos de los alzados. No es que sea un experto en Historia, pero, en COU aprendí cómo se debe estudiar cualquier suceso histórico: unos antecedentes o causas, el desarrollo y, por último, las consecuencias. El defender la tesis del señor Sopena es caer en un reduccionismo histórico en el que unos están ociosos y deciden dar un golpe de Estado. Por eso, para entender la Guerra Civil española hay que conocer sus causas, lo mismo ocurre con la II Guerra Mundial o con la Revolución Rusa. En efecto, en el caso español, las causas de la Guerra civil provienen de los errores cometidos por la clase política española, principalmente por el papel desempeñado por el Presidente del República, Niceto Alcalá Zamora, que estuvo más preocupado por sus intereses políticos que por consolidar el régimen republicano. Para mayor información, recomiendo "El colapso de la República" de Stanley G.Payne.

Para finalizar quisiera insistir en que la Historia en los libros o en la Universidad, no en la arena política, sobre todo para aprender del pasado y no caer en los mismos errores. En cuanto a las fosas comunes, donde están enterrados víctimas de la guerra civil, si sus familiares quieren darle un entierro digno, que lo hagan pero que no se les utilice políticamente.

2 comentarios:

Álvaro Ortega dijo...

"daspena" e iglesias, no merecen un artículo en tu blog, José Enrique, sinceramente te lo digo.

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

muchas gracias por tu consejo, pero lo hecho hecho está.