jueves, 4 de septiembre de 2008

EL SEÑOR DE LA ENCINA ORTEGA, UN SINVERGÜENZA

Cuando el 29 de agosto de 2008 vi algo de la comparecencia de la Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, en la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados, para que informase sobre el accidente del avión de Spanair, el famoso y trágico vuelo JKK5022, que ocasionó la terrible pérdida de 154 vidas humanas, me encontré con una desagradable sorpresa y no es otra que, y siendo muy generoso, con la desafortunada intervención del portavoz socialista en esa Comisión, el Sr. Salvador de la Encina Ortega. Una intervención por la que se hace merecedor a su autor de calificativos como "miserable", "indeseable", "indigno" o "sinvergüenza".

Aunque escuchar las palabras de Su Señoría me produjo una tremenda indignación, lo que me quedaba de vacaciones me ha servido para escribir este artículo en frío. Por eso, antes de lanzarme al ruedo, miré el principio de la intervención de la portavoz popular, Soraya Sánez de Santamaría, que es la que me perdí, por si había algún comentario desafortunado, que podría haber sido utilizado por el Excmo. Sr. de la Encina para proferir semejante diatriba. De las palabras de la popular no hay nada que objetar, incluso ha dado muestras de una actitud ejemplar diciendo cosas como:
"No es el momento de anticipar conclusiones sobre las causas del accidente, ni de tratar de imputar precipitadamente responsabilidades ni culpabilidades a nadie. Venimos todos a trabajar, venimos a ayudar, venimos a arrimar el hombro, venimos a contribuir con nuestro trabajo a esclarecer la verdad. Es nuestra obligación para con los 154 fallecidos, con los 18 supervivientes, con las familias de todos ellos y con todos los españoles." o "Le pedimos al Gobierno que inste lo necesario para que a esos huérfanos, a esas víctimas, a esos heridos con necesidades económicas o que queden en una peor situación de dependencia se les dé un tratamiento especial. Le pido también que su Gobierno esté vigilante para que no se demore en el pago de las indemnizaciones de los seguros ni tengan especiales padecimientos para llegar a cobrarlo en el momento oportuno. Especialmente yo le pido a su Gobierno sensibilidad, sensibilidad con los afectados y con sus familiares, que reciban todos ellos la información adecuada. Entiendo que no toda se pueda dar en todo momento, pero hay que tratarles con sensibilidad y con cariño y ponerse en su piel. Que se vean arropados por todos nosotros en su derecho legítimo, son las familias, a conocer lo que ha pasado."

En cambio, el representante socialista no tuvo ningún reparo en soltar lo siguiente: "Y por último, por qué no, el Grupo Parlamentario Socialista también quiere dar un reconocimiento a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, y a su equipo, aquí presente hoy, por dar la cara unas horas después de que ocurriera el accidente y aquí, hoy, transcurridos tan solo nueve días del mismo. Esto, que podría parecer baladí, señorías, no lo es, no es de menor consideración. Los que ya somos veteranos en esta Cámara y más concretamente en esta Comisión, como es mi caso durante las últimas cuatro legislaturas, hemos podido ver y a veces sufrir como demócratas que, cuando entre el año 1996 y 2004 ocurrían accidentes aéreos —lo digo de verdad con aprecio y cariño a los grupos parlamentarios—, como el del 25 de mayo de 1998, con 38 fallecidos, en Melilla; o el de Málaga, de 2001, con 4 muertos, los ministros de Fomento del anterior Gobierno no comparecían en el Congreso de los Diputados para dar ningún tipo de..." y "No comparecían para dar ningún tipo de explicaciones sobre los accidentes aéreos, como se está haciendo hoy aquí. Por lo tanto, aquí nadie puede negar de partida que hemos mejorado también en calidad democrática, en transparencia, en participación y sobre todo en decir la verdad, tal y como en su momento se comprometió con los españoles el presidente Zapatero. Otro Gobierno en momentos distintos, con accidentes aéreos o militares, con muertos…"

Es una clara demostración de una manera de hacer política basada en el todo vale. ¿Cómo se puede tener tan poca talla política y personal, que, aun estando reciente el accidente, tiene la felonía de hacer demagogia con accidentes pasados, sobre todo del Yak-42, intentando realizar inoportunas comparaciones? ¿No se da cuenta de que se debe de trabajar para mejorar la vida a los ciudadanos y corregir los errores del pasado? ¿Qué se puede esperar de un personaje que lleva cuatro legislaturas viviendo cómodamente de su condición de diputado, que se ve obligado a hacer méritos para mantener los privilegios?

4 comentarios:

pcbcarp dijo...

Lo que es verdaderamente lamentable de esta España nuestra es que, en vez de dejar que los profesionales hagan su trabajo, enc uentren las causas del accidente para que no vuelva a ocurrir, si es posible y, de haber responsabilidades, se depuren, tengan que dedicarse a darnos el lamentable espectáculo de siempre tratando de sacar partido de los muertos.

Es para estar harto.

Álvaro Ortega dijo...

Ya sabes José Enrique que esa es la forma de hacer política en el soe.

A mí me pareció vergonzoso en el momento que estaba viendo la comparecencia lo que dijo ese mamarracho por su boca.

A mí me impactó las palabras de Soraya Sánez de Santamaría Antón, porque, aparte de decir eso que dijo que tú reproduces textualmente, lo dijo con un tono de pena y amargo. Propio de la situación en la que se encontraban todos los ciudadanos.

Una lamentable intervención del socia-listo.

El Berto dijo...

Lo normal en estos casos, el Gobierno rajando contra la compañía (filtración de grabaciones), la comunidad de Madrid rajando contra AENA, determinados abogados ofreciéndose a los familiares cuando aun no tenían reconocidos los cadáveres…

En lo que respecta a tu Post, refleja una vez más la cultura política europea frente a la anglosajona, mientras en Estados Unidos altos cargos son interrogados y examinados, aquí lo que debe de ser una OBLIGACION, que es acudir para explicar tus responsabilidades, se convierte en una medida de gracia, una concesión, y por eso en el libro de sesiones abundan los constantes agradecimientos, elogios y buenaventuras democráticas de sus señorías hacia las comparecencias de altos cargos de sus respectivos partidos.

Al final lo que quedara es el dolor de las familias, seguramente perdidas en complejas marañas burocráticas para reclamar sus derechos y en larguísimos procesos judiciales.

Realmente más vale no mirar, ni la preparación, ni el interés, ni el trabajo de sus señorías (al final a los ciudadanos solo les llegan las intervenciones de los portavoces, lideres o diputados que se hacen ver), porque viendo ya la carrera profesional de algunos, mismamente de la ministra de igualdad, gracias hemos de dar a que saben leer y escribir, y no se liana tortas como en otros parlamentos extranjeros.

Aznar miraba a González, Zapatero a Aznar…. Mirara Rajoy a Zapatero?... la historia nos permite aventurar que sí.

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

#pcbcarp# dejar trabajar a los profesionales, teniendo a los periodistas sacando todos los días unas teorías distintas?

#alvaro ortega# ¿Cuántos se merecerían ir a la lista del paro? ¿Cuánto se necesita una limpieza en la clase política?

#el berto# Todo un despropósito, te falta añadir la gran labor de la prensa.

Como dices, aquí parece que el acudir a dar cuentas en el Parlamento fuese un acto de generosidad, como tu dices una concesión graciosa de sus majestades los gobernantes.