De esta manera se titulaba una noticia referente a la muerte del ex Presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo en La Nueva España. Y empezaba de la siguiente manera: "Leopoldo Calvo-Sotelo era un asturiano «empedernido»." Afirmación, como pueden comprobar los lectores de mi blog, un poco chocante sobre todo conociendo que él era madrileño y ribadense de sentimiento.
La conclusión de que Calvo-Sotelo era asturiano, y por lo que se ve empedernido, por motivos como que su hijo Juan fue Alcalde de Castropol durante la legislatura 1999-2003, o, como constata el propio periodista en su artículo, Francisco Rodríguez, Presidente de Industrias Lácteas Asturianas (ILAS), decía que desde las ventanas de la casa de su familia en Ribadeo, sólo se puede ver la parte asturiana del estuario, «como si estuviese condenado a convivir con Asturias». A esto se le suma que optaba por ir a Ribadeo desde el Aeropuerto de Asturias, en lugar del compostelano, que era el Presidente del jurado de Cooperación Internacional de los Premios Príncipe de Asturias.
El problema de tener ese ansia de encontrar asturianos en cualquier noticia, aunque no lo sean, es la mala imagen que acaba dando, dejando a parte que es la manera perfecta de tapar los verdaderos problemas de la región sacando la cantidad de paisanos que tenemos en el mundo y que hacen muchas cosas. En efecto, si el periódico de mayor tirada de Asturias practica un periodismo que se asemeja al de los niños del colegio, cómo serán los asturianos que se tragan esas noticias. Personalmente, creo que se deberían centrar en publicar noticias sobre los problemas que les interesa a la gente, no que una tal Susana Lorente ha ganado un concurso de pinchos o que un gijonés está entre los favoritos para hacerse con el puesto de "aficionado profesional" de Fernando Alonso.
1 comentario:
Lo que si veo claro es que el sentido del humor de Don Leopoldo (q.e.p.d.) era lo más alejado de la ironía campechana galaica.......
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