La abogacía, aunque todo el mundo sabe que existe, independientemente de que haya quienes confunden una notaría con un despacho de abogados, es una desconocida para muchas personas, sobre todo los que nunca han hecho uso de los servicios profesionales de un Letrado. Es una desconocida porque hay un total desconocimiento tanto de las personas como de su trabajo, derivado, sobre todo, de una serie de prejuicios que están bastante arraigados en la sociedad. No sé si será por influencia de la filmografía americana, sobre todo en las policíacas o de investigación criminal, como CSI, en el que, cuando hay un juicio, el abogado defensor del malo lo pintan como un inmoral, pero lo que sí es cierto es que la realidad dista bastante de lo que se pinta y lo digo con conocimiento de causa.
En la profesión en la que me acabo de embarcar, en la que soy, por ahora, un simple grumete al que aún le quedan muchas cosas por aprender, hay muchísimos compañeros que son honrados y que trabajan para conseguir el mejor resultado para sus clientes, incluso a costa de ganar menos dinero, como es lograr mediante negociación la solución de los conflictos. Alguno podía pensar que, ¿cómo van a hacer algo que les haga perder dinero? Pues si, aunque sólo lo viésemos desde el punto de vista egoísta, el perder dinero a corto plazo, si el cliente queda contento, tiene como consecuencia normal que, en lo sucesivo, vuelva para los siguientes asuntos que pueda tener y que lo recomiende a sus allegados. También hay que recordar que el abogado es un profesional liberal, que vive de los clientes y que tiene que ser lo mejor profesional posible porque su sustento pende de ello. No sé cómo será en Madrid, pero en provincias, como Asturias, en donde en toda la provincia supera el millón de habitantes, es fácil que, si uno es un desaprensivo, mal profesional o negligente, tiene muchas posibilidades de quedar en una situación económicamente precaria.
A todo esto hay que añadir, tampoco quiero aburrir demasiado, que los abogados estamos vinculados por el Estatuto General de la Abogacía y el Código Deontológico, y que tuvimos que jurar o prometer, por imperativo legal, para llegar a tener la condición de abogado. De las obligaciones que tenemos, caben destacar las siguientes:
1º Debemos siempre ser independientes en el ejercicio de nuestro trabajo. Sin la independencia no se puede asesorar en condiciones al cliente, decirle la verdad de su situación y sus posibilidades reales de que prospere cualquier medida.
2º No debemos defraudar nunca la confianza que el cliente tiene depositado en nosotros, porque el éxito de un asunto depende de que exista confianza recíproca.
3º Debemos guardar un escrupuloso secreto profesional. Si el cliente no tiene plena confianza en que todo lo que él diga en el despacho queda dentro de esas paredes, quedaría totalmente inaplicado el art. 24 de la Constitución.
4º No debemos incitar ni genérica ni concretamente al pleito.
5º Debe hacer saber al cliente, tan pronto como lo sepa, los conflictos de intereses que pueda tener si llevase un asunto.
6º Nunca debe prometer resultados que no dependan exclusivamente de su actividad.
Podría extenderme más pero tampoco quiero, como ya dije, aburrir al lector, por eso creo conveniente cerrar el artículo con lo expuesto, que es más que suficiente como para que se vaya desterrando los prejuicios que se ciernen sobre los abogados.
En la profesión en la que me acabo de embarcar, en la que soy, por ahora, un simple grumete al que aún le quedan muchas cosas por aprender, hay muchísimos compañeros que son honrados y que trabajan para conseguir el mejor resultado para sus clientes, incluso a costa de ganar menos dinero, como es lograr mediante negociación la solución de los conflictos. Alguno podía pensar que, ¿cómo van a hacer algo que les haga perder dinero? Pues si, aunque sólo lo viésemos desde el punto de vista egoísta, el perder dinero a corto plazo, si el cliente queda contento, tiene como consecuencia normal que, en lo sucesivo, vuelva para los siguientes asuntos que pueda tener y que lo recomiende a sus allegados. También hay que recordar que el abogado es un profesional liberal, que vive de los clientes y que tiene que ser lo mejor profesional posible porque su sustento pende de ello. No sé cómo será en Madrid, pero en provincias, como Asturias, en donde en toda la provincia supera el millón de habitantes, es fácil que, si uno es un desaprensivo, mal profesional o negligente, tiene muchas posibilidades de quedar en una situación económicamente precaria.
A todo esto hay que añadir, tampoco quiero aburrir demasiado, que los abogados estamos vinculados por el Estatuto General de la Abogacía y el Código Deontológico, y que tuvimos que jurar o prometer, por imperativo legal, para llegar a tener la condición de abogado. De las obligaciones que tenemos, caben destacar las siguientes:
1º Debemos siempre ser independientes en el ejercicio de nuestro trabajo. Sin la independencia no se puede asesorar en condiciones al cliente, decirle la verdad de su situación y sus posibilidades reales de que prospere cualquier medida.
2º No debemos defraudar nunca la confianza que el cliente tiene depositado en nosotros, porque el éxito de un asunto depende de que exista confianza recíproca.
3º Debemos guardar un escrupuloso secreto profesional. Si el cliente no tiene plena confianza en que todo lo que él diga en el despacho queda dentro de esas paredes, quedaría totalmente inaplicado el art. 24 de la Constitución.
4º No debemos incitar ni genérica ni concretamente al pleito.
5º Debe hacer saber al cliente, tan pronto como lo sepa, los conflictos de intereses que pueda tener si llevase un asunto.
6º Nunca debe prometer resultados que no dependan exclusivamente de su actividad.
Podría extenderme más pero tampoco quiero, como ya dije, aburrir al lector, por eso creo conveniente cerrar el artículo con lo expuesto, que es más que suficiente como para que se vaya desterrando los prejuicios que se ciernen sobre los abogados.
17 comentarios:
Suerte, porque los abogados que conozco un 99% por no decir el 100% no lo cumplen ni de coña.
un saludo
Una pregunta. ¿Donde debería acudir para denunciar a un abogado que engañó conscientemente a un cliente alargando innecesariamente una gestión? (obviamente ganó más dinero).
Tengo que confirmar la impresión de ICE MAN, el 90% de las personas que conozco que han tenido que recurrir a un abogado, no han quedado con buena opinión de él.
El Código Deontológico, está muy bien de cara a la galería, pero lo que prima es el ánimo de lucro, por lo que como el colectivo de funcionarios -en este caso por otras razones- nunca va a ser una profesión bien considerada por la sociedad.
Al menos la LEY 34/2006, de 30 de octubre, sobre el acceso a las profesiones de Abogado y Procurador de los Tribunales, aparte de generar más dinero para los que la gestionen, debería mejorar algo el nivel general técnico de ambas profesiones, mucha gente se sorprendería por ejemplo del “proceso” para obtener el título de Procurador.
Ley que empezara a ser efectiva dentro de muchos años, dado que mucha gente se ha colegiado para prevenir sus efectos.
#ice man# Una pregunta, ¿cuántos abogados has conocido? Lo pregunto por una sencilla cuestión, si sólo has conocido tres, no es un muestreo muy fiable. También es verdad que hay sitios pequeños en los que no hay muchos abogados y puede darse situaciones de monopolio, y ya se sabe qué es lo que pasa cuando hay monopolio... Por otra parte están lugares muy poblados en los que los hay quienes están tentados a practicar la política de tierra quemada. Lo que si es cierto que, estadísticamente las personas que han tenido que recurrir a un abogado tiene buena opinión del profesional, siendo justamente lo contrario cuando no los conocen personalmente. Ya se sabe que la gente se monta su opinión de lo que otros dicen.
#harto# No conozco bien tu caso, con lo que sería imprudente por mi parte decirte nada. Lo que sí te aconsejo es que acudas un buen abogado (si es posible, guíate por referencias, para evitarte una mala eleccion) y que te asesore o te lleve la gestión. Muchos casos de estos se solucionan dando parte al seguro de responsabilidad civil, hay otros que acaban llegando al Juzgado.
#el berto# Espero que la Ley de Acceso sirva al menos como filtro, porque España es una rareza en el ámbito de la Unión Europea, ya que hasta el 2011 cualquier licenciado en Derecho se puede colegiar previo pago de la cuota de entrada y que no sea preceptiva hacer la pasantía ni hacer la Escuela de Práctica Jurídica, por lo que cualquier que se colegie puede establecer su despacho y ponerse a ejercer sin ningún problema. Y claro entre los desaprensivos y los que se ponen sin tener ni idea, hacen que sean los suficientes ingredientes como para que haya clientes que salgan descontentos. Y ya se sabe, que las malas noticias vuelan...
Y el Código Deontológico no es una simple declaración de principios, por ejemplo, los Estatutos del Colegio de Oviedo establecen un régimen sancionador en la que nos encontramos con que es muy grave el delibertado y persistente incumplimiento de las normas deontológicas esenciales, que puede implicar la expulsión del Colegio.
Menos mal que sacas el colectivo de funcionarios, pero tampoco hablas mal de ellos, ¿por algo será? ¿No será porque estás dentro del colectivo?
Si existe el sistema sancionador, pero no se aplica, dentro del número de funcionarios cuantas separaciones del servicios hay?, lo mismo podría preguntarse de las expulsiones de Colegios de Abogados, mucho me temo que será situaciones excepcionales, si las hay porque puede que no haya ni una expulsión desde hace muchos años.
El tema de los funcionarios, lo he puesto como ejemplo de quien hay colectivos que por su configuración y sobre todo la EXPERIENCIA que los ciudadanos tienen con ellos, no van a poder quitarse la mala fama.
Al igual que la Ley de Acceso a la Abogacía, La Ley 7/2007 del Estatuto Básico del Empleado Público, establece la “Evaluación del Desempeño”, o lo que es lo mismo la valoración de la productividad, vinculando a ello conceptos retributivos (cobrar más o menos), promoción profesional, e incluso la pérdida del puesto de trabajo obtenido por concurso, en este sentido deberá suponer un “estimulo” o al menos una mejora de la calidad.
Porque desde luego hay gente que NO debería seguir siendo funcionario, y yo también soy usuario de los servicios públicos.
Pero bueno no solo funcionarios y abogados tienen mala valoración, los dentistas también por cierto con código deontológico, basta con acudir a cualquier estudio de consumo para ver como con idéntica boca, según el dentistas puedes desde tener un empaste hasta siete y endodoncia.
Me puedes aclarar una cuestión ¿de dónde sacas la información de que nunca se aplica los procedimientos sancionadores establecidos en los Estatutos de los Colegios de Abogados? ¿Cuál es tu fuente?
Un dato sí sé, que cada año el seguro de responsabilidad cambia de compañía, debido al elevado número de incidencia y partes que se dan. Y un día tendremos que hacer como los arquitectos, tener nuestro propio seguro.
Pero hay un dato que nos diferencia con respecto a los funcionarios, que es que pertenecemos a una profesión liberal, y que hay competencia, cosa que no pasa con los funcionarios, que quieras o no te lo topas.
Es difícil encontrar esos datos, pero bueno considerando que el Colegio de Abogados de Madrid, tiene más de 80.000 colegiados, tramitaba en el 2002 unos 300 expedientes al año, de los cuales 150 terminaban en sanción, pero respecto al tema de las expulsiones son 26 en los últimos AÑOS (sin concretar el número de años).
Fuente: http://www.miguelgallardo.es/abogados/
Sobre seguros muchos funcionarios se ven obligados en la práctica a contratar seguros de responsabilidad civil, sanitarios, policías, guardias civiles, etc..
Y te voy a dar otro dato en 1993 la Policía que por entonces tenía entre 50.000 y 55.000 miembros, tenia 1533 expedientes disciplinarios abiertos, expulso a 20 agentes y 75 más fueron suspendidos del servicio.
Nótese la demagogia de este comentario comparando a la policía con una profesión liberal, pero bueno sigo:
Veras que la administración pública realiza cuando menos una tutela más firme sobre sus subordinados, que el colegio sobre sus colegiados, por lo que hay más posibilidades de que si tienes un problema con un empleado público (o este incumpla sus deberes) este resulte sancionado que si lo tienes con un abogado.
Digamos que un empleado público tiene una tutela superior y un profesional liberal se autotutela.
Yo sería más partidario de que la supervisión y control de estas profesiones fuera de la Administración, no de los colegios.
Jose Enrique, se que lo de generalizar no es acertado, pero en casos importantes y serios he conocido a Abogados que han dilatado para luego pasar una buena minuta y justificar el importe de la misma, a mi eso me repugna. Yo soy profesional, Economista y Auditor, y también conozco gente de mi profesión que dan asco.
En fin, solo digo que desde dentro debéis limpiar el mal nombre que la gente tiene de vosotros.
un saludo
Hola me llamo Ana,y creo que soy familia tuya,lejana eso si.Se que esta pagina es para Derecho pero mi madre me dijo algo de carrero blanco y mi familia y busque en internet y me he encontrado con esto.Bueno mi email es anna_cevi@hotmail.com esque me gustaria conocer mas cosas porque tengo el lunes examen del franquismo y además por lo que se ve no se nada de mi familia
Si uno de cada diez abogados hicieran al menos la mitad de eso, la justicia funcionaría
José Enrique.......Where are you ?
Tienes un meme para cuando puedas: http://patrilorente.blogspot.com/2008/05/meme-mimoso-y-un-poco-cotilla.html
#el berto# Hay una gran diferencia, el funcionario te lo topas quieras o no, el abogado, si el que has elegido no te gusta, vas para otro y no te hace falta que lo expedienten. Porque abogados los hay a patadas.
Pues yo no estoy de acuerdo con la supervisión de la Administración, porque primero los procedimientos sancionadores pueden ser controlados por la Jurisdicción Contencioso-Administrativa; segundo, la Administración controle puede tener el defecto de que pueden estar tentados a ser más flexibles en la interpretación de las normas para expulsar a unos más que a otros; tercero, la Administración es fiscalizada por la Jurisdicción Contencioso-Administrativa, por lo que no es infalible; cuarto, en un libre comercio, son los usuarios los que deciden qué abogado es bueno y quién no lo es.
#ice man# me conformo con que no se generalice.
#ana# encantado de que me hayas encontrado, y mi página no es sólo de Derecho como puedes comprobar. Familia ¿Por qué parte? Te hago estas preguntas porque con tu nombre sólo no es suficiente.
#fin de los tiempos# los problemas de la justicia no provienen de los abogados, sino de otros factores. Y me parece muy exagerado, tremendamente exagerado, ese dato estadístico, que confirma que existe un total desconocimiento de la profesión.
#anonimo# ya he vuelto.
#patricia#gracias
Jurídica Gratuita.
Abogados ja ja llamemoles por su nombre repartidores de papeles es lo unico que hacen y cuando tienen que notificarte algo importante retrasado para no cumplir plazos.
He tenido alguno y prefiero evitar dar la opinion de ellos, el ultimo mejor dicho ultima en pleno Juicio diciendole su señoria que presentase pruevas se callo a lo cual acabado el Juicio tuve que ir a hablar con su señoria y salio el fiscal reconociendo mi abogado al ver que yo presentaba lo que el no presento que habia sido un error de ella.
No presento recurso a pesar que se lo mande adteniendo la disculpa que le mandase los papeles que solicitaria un nuevo Juicio y que me representaria ella, al dia de hoy, me llega una notificacion de nuevo abogado para lo mismo la llamo y se escaquea.
Que pena de pais que tengamos que recurrir a los medios de comunicacion por no tener justicia.
Anónimo, en primer lugar, los que se dedican a notificar son los procuradores, los abogados tienen como misión la dirección letrada.
En segundo, lugar no es bueno generalizar, porque, como en todas las profesiones, hay de todo, y en esta hay abogados buenos y los hay malos. A usted lo tocaría un abogado malo, pero que le haya tocado uno malo no significa que todos lo sean.
En tercer lugar, como he acreditado en este blog de manera reiterada, la prensa no es tan buena como se dice, ya que tergiversan, como mínimo, la realidad de los hechos. Y al final caer en manos de la prensa es para empeorar las cosas.
La prensa es indispensable ya va siendo hora que acabemos con los picapleitos y que empiecen a salir las verdades a la luz.
Donde vamos a reclamar a otro letrado que os tapais unos con otros.
Tapar unos a otros? De dónde se saca esa opinión? ¿qué experiencia tiene para decir semejante cosa?
Por otra parte, yo también creo que la prensa es necesaria pero viendo cómo actúan profesionalmente y cómo tergiversan las cosas, lo único que hacen es hacer más daño del necesario, sobre todo a las personas afectadas por, por ejemplo, la mala práxis profesional de compañeros.
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