No publico esta foto para que los internautas se recreen en los detalles del Águila de San Juan, que no águila imperial, que se simboliza por el águila bicéfala, como alguno afirma. Este escudo pertenece a la Universidad Laboral de Gijón, monumento de reciente restauración, gracias al impulso decidido de Vicente Álvarez Areces, Presidente del Principado, del Partido Socialista Obrero Español. En ese proyecto, no sólo se han conservado los escudos del Águila de San Juan, el conocido popularmente como el del "pollo", sino que colocaron el siguiente mensaje: "El enemigo está dentro, disparad sobre nosotros". Este mensaje se envió desde la guarnición de Gijón y que lo recibió el buque Almirante Cervera, a las 11 horas de 21 de agosto de 1936. De noche este letrero se ve de este modo:
El autor de la colocación en la Laboral de dicho mensaje fue Avelino Sala.
Esto viene a demostrar la hipocresía del Partido Socialista a la hora de darnos la turra con la memoria histórica y con la obligación legal de eliminar los símbolos franquistas. De hecho si es el PP el que no retira algún símbolo o calle franquista lanzan una campaña en los medios de comunicación tan impresionante como vergonzosa. Pues aquí, como pueden comprobar la Federación Socialista Asturiana, no sólo no elimina símbolos franquistas, sino que los restauras y los decora con frases históricas que antes no estaban.
A lo mejor, ¿quién sabe si los dirigentes de la FSA siente morriña por régimen de Franco, y que sólo está en el PSOE como medio de apoltronarse en el poder? Tal vez de esta manera se entiende que Vicente Álvarez Areces, que se afilió al PCE en 1969, y que perteneció al Comité Central del PCE durante los años 1969 a 1977, viviese, como hijo de Guardia Civil que era, en el Cuartel de Contrueces y que nunca le hubieran detenido; que el todopodersoso Secretario General del SOMA-FIA-UGT, José Ángel Fernandez Villa, según Antón Saavedra, fuese topo de los grises; o que Areces nombrase para el cargo de Director General de Política Interior a Julio Bregón, miembro de la Brigada Política Social del franquismo...
Como se dice, antes se coge a un mentiroso que a un cojo.
El autor de la colocación en la Laboral de dicho mensaje fue Avelino Sala.
Esto viene a demostrar la hipocresía del Partido Socialista a la hora de darnos la turra con la memoria histórica y con la obligación legal de eliminar los símbolos franquistas. De hecho si es el PP el que no retira algún símbolo o calle franquista lanzan una campaña en los medios de comunicación tan impresionante como vergonzosa. Pues aquí, como pueden comprobar la Federación Socialista Asturiana, no sólo no elimina símbolos franquistas, sino que los restauras y los decora con frases históricas que antes no estaban.
A lo mejor, ¿quién sabe si los dirigentes de la FSA siente morriña por régimen de Franco, y que sólo está en el PSOE como medio de apoltronarse en el poder? Tal vez de esta manera se entiende que Vicente Álvarez Areces, que se afilió al PCE en 1969, y que perteneció al Comité Central del PCE durante los años 1969 a 1977, viviese, como hijo de Guardia Civil que era, en el Cuartel de Contrueces y que nunca le hubieran detenido; que el todopodersoso Secretario General del SOMA-FIA-UGT, José Ángel Fernandez Villa, según Antón Saavedra, fuese topo de los grises; o que Areces nombrase para el cargo de Director General de Política Interior a Julio Bregón, miembro de la Brigada Política Social del franquismo...
Como se dice, antes se coge a un mentiroso que a un cojo.
17 comentarios:
Eso demuestra, que son incultos o recuperan parte de la cordura.
Una de dos, ya que creo que lo restauran sin saber lo quehacen y que estan restaurado.
Mejor seria pensar que recuperan algo de cordura la Federación Socialista Asturiana, veras cuando se entere Pepiño.
Los traidores de la Patria y de Franco fueron y son muchos, con Franco eran muy Franquistas, y en la transición y despues los peores enemigos, gentuzada pura y dura.
El enemigo esta dentro, eso le paso a Franco y le pasa al P.P.,.
JAVIAN
Una gran gesta la del simancas, a pesar de la derrota, el coronel pinilla, estuvo despues preso en la popular iglesiona de Gijón.
La mayoria de los dirigentes socialistas son hijos de lideres del movimiento
El escudo del águila de San Juan no es un símbolo franquista.
Realmente no encuentro una relación directa entre ese "anuncio de carretera" y la restauración de la Universidad, ni siquiera por la vaga asociación entre dos momentos históricos relacionados con el franquismo.
En cualquier caso me parece poco adecuado para un entorno ya patrimonial como es la Universidad Laboral de Gijón y que no sólo no aportar nada al entorno, sino que más bien lo afea. Es una licencia artística bastante irreflexiva además de por el contenido por el continente, aunque claro símbolo de esa estética privada de implicaciones políticas que últimamente caracteriza el Arte Contemporáneo.
No tienen ni idea, y efectivamente es así, se coje a un mentiroso antes que a un coje y a un ignorante (y hay muchos) antes que a un ilustrado (y hay muy poquitos) progre.
#javian# Deja a Pepiño en paz que está ocupado con criticar al PP.
En esta vida hay muchos chaqueteros, que cambian de chaqueta según les interesa.
#simancas# Si en el fondo los hijos de dirigentes franquistas que ahora están en el PSOE están agradecidos a Franco, si no fuera por él ellos no serían nada, y se lo demuestran con actuaciones como la de la Laboral.
#Al Neri# La propaganda lo ha conseguido identificar.
#Pfunes# Creo que se tenían que haber limitado a restaurarlo no a incorporar horteradas.
#arcendo# No te acostarás sin saber una cosa más.
A mí me interesa la verdad, no la propaganda, ¿a ti. J. Enrique?
EL JUICIO DE DIOS
Su pueblo, que lo quería a rabiar, lo vistió de gala para el largo y definitivo viaje. Entorchados, galones, estrellas de Capitán General, bicornio flameado de plumas… Forró el interior de su féretro de fina seda, recubrió su tumba de mármol, esculpió en el interior cuatro escudos en oro y la cubrió con una pesada losa –mil quinientos kilos- hecha de granito de Galapagar.
Pero cuando todo hubo terminado, cuando el silencio de la noche llenó de soledad la gran basílica, Francisco Franco, solo, cambió sus galas por un pobre sayal benedictino, ciñó su cintura con una usada correa de monje y comenzó, cabizbajo, su camino para presentarse ante Dios.
Los ángeles mudos de la basílica, que formaban su guardia permanente, levantaron la cabeza por primera vez, miraron al caminante y no se atrevieron a seguirle. Marchaba lentamente, con recogimiento, con miedo –por primera vez en su larga existencia- y con esperanza. Confiaba en ser juzgado por el Dios de la clemencia y pensó presentar algo de su vida al Dios de la Justicia.
- 40 días de terrible enfermedad, de dolores, de lenta agonía…
- No, eso no puedo presentarlo. Lo ofrecí, allá abajo, por España.
- La incomprensión de sus enemigos… la traición de muchos que se llamaron, algún día, sus amigos… pero, no. Eso no puede tener valor en el cielo.
- El cerco internacional de los años 40… los atentados… las calumnias… las insidias… pero eso estaba pagado. Me lo pagaron los españoles en la Plaza de Oriente.
- La guerra del 36… el Alcázar, el Jarama, Belchite, Brunete, Teruel, el Ebro… eso sí que valía, pero no podía presentarlo él; eso correspondió al “millón de muertos” que lo protagonizaron y que ya pasaron el juicio de Dios.
Unos golpes secos, como taconazos de botas militares, sonaban entre los luceros que jalonan el camino; Franco no los oía pendiente sólo de sus recuerdos y tampoco vio la hermosa y nutrida guardia que se iba formando tras él.
- ¡Dios! ¡Qué poco tengo para presentarte!
Y rebuscaba en su memoria, recorriendo –de nuevo- toda su vida.
- Quizá las vidas de los soldados que por su pericia arrebató a la muerte en tanta acción de guerra como dirigió… Quizá las vidas de tantos enemigos como perdonó y como hizo que otros perdonaran…
Quizá las iglesias que ordené levantar, la ayuda al clero a las órdenes religiosas que se dedicaron –con mejor o peor preparación, que eso casi no lo tuve en cuenta- a la enseñanza… Quizá los monasterios reconstruidos, los pueblos adoptados, las viviendas dignas para tantos y tantos españoles… Las escuelas… Las universidades… Las carreteras… Los pantanos…
Franco movió la cabeza y nada de eso creyó digno de presentarle al Señor.
Y llegó a las puertas del cielo y se miraba las manos vacías. Se paró un momento sin querer seguir su camino. Pensó en 37 años de paz… En un pueblo que dejaba preparado para otros muchos años… ¿Le valdría eso? Y entró.
Lo esperaba, para acompañarle, un militar. No lo conocía. Era un Centurión Romano. Le habló de su pesar y el Centurión le dijo:
- Mira, yo sólo traje en mis manos una frase: “Dómine, non sum dignus, ut intres sub tectum meun… “ y me abrió de par en par las puertas de la eternidad.
De pronto, como el día del entierro en Madrid, vio millares de almas formando fila a un lado y otro del cada vez más ancho camino. Eran las legiones de combatientes de todo el mundo.
- Muchos son españoles –dijo el Centurión-, los conocerás.
- A ese sí. Es el ángel del Alcázar, el que pedía tirar sin odio… Y a ese jesuita laureado también. Lo vi en la Ciudad Universitaria… Y a aquel… Y a los trece obispos que me sonríen… Y… Oye Centurión: a esos que están ahí no los conozco, son españoles del 36, pero no los conozco…
- Es natural. Esos, que eran buenos, combatieron contra ti. Entendían a su modo la patria. Dios los perdonó y han venido también a recibirte; como tú dijiste allá abajo, ellos tampoco te tuvieron nunca por enemigo. Ten valor, si los necesitas, serán tus defensores en el juicio.
El camino se había terminado. Y el recuerdo de su vida. Y se miraba, una y otra vez, las manos vacías.
Las trompetas del juicio se oyeron con fuerza. Una gran claridad inundó todo a su alrededor. Francisco, soldado de por vida, no pudo ponerse firme. Encorvó su tronco siempre erguido y cayó de rodillas con los ojos cerrados y las lágrimas surcando sus mejillas. Nada oía y no se atrevía a mirar. Poco a poco fue levantando la frente hasta parar su mirada en el vuelo de una túnica azul que él había visto en otra parte. Siguió levantando los ojos y el azul de la túnica se entremezclaba con el alba purísima de un vestido que también creía reconocer. Más arriba, dos manos cruzadas, una sonrisa de madre, una mirada de amor. Sí, allí, sonriéndole estaba la patrona de la Infantería, la madre del soldado español.
- ¡Claro! ¡Acudiría a ella! El devolvió el patronazgo a su arma cuando lo suprimió la República. Allí estaba su solución.
Franco, ya con más ánimo, terminó de levantar la cabeza, se puso en pie, dio un suspiro muy hondo y se dispuso a someterse al juicio de Dios.
-Domine, non sum… y no pudo continuar. Extendió sus manos vacías y ante él, como en el Dar Riffien Legionario, se encontraba, con los brazos en cruz, el mismo Cristo de Mena que venera La Legión. Pero ese Cristo, esta vez, no abría los brazos en señal de crucifixión; ese Cristo ahora en Majestad, con los brazos abiertos, acogía sonriente al buen soldado que creía llegar ante El con las manos vacías. Y su sayal benedictino, volvió a cambiarse en galas y sedas por la mirada de Dios. Y sus manos, sostenidas por la guardia que lo esperaba sobre los luceros, se engrandecían más y más para poder sostener millones y millones de corazones españoles, que sin él saberlo llegaban a sus manos como ofrenda de su vida y de su muerte al Cristo de Mena en el gran juicio de Dios.
Al Neri a mi me interesa la verdad, y como puedes comprobar en mi blog procuro informar a la gente sobre la realidad de los hechos. Pero a veces tengo que utilizar a corto plazo palabras que la gente entienda, aunque la propaganda lo haya alterado. En este caso, el tema principal no era discutir sobre si el escudo era franquista o no, sino contar un hecho concreto, y lo que me interesaba es que la gente me entendiera, y que nadie me empezase a poner pegas por la terminología usada. Por ejemplo, cuando un cliente viene a un despacho de abogados tienes que hablarle de la manera que él te entienda lo que quieres decir, si le empiezas con la jerga jurídica, probablemente no te entienda. Esto se resume en una palabra: pragmatismo.
Pero, a decir verdad, el Aguila de San Juan utilizada durante el franquismo no es idéntica a la utilizada por los Reyes Católicos.
Si te fijas Al Neri, es el Aguila Franquista.
Recibe un cordial saludo.
Estoy de acuerdo contigo y es cierto que el águila y el escudo originales fueron modificados por el Régimen franquista.
Yo no quería apartarme del tema y es verdad que debemos ser prácticos a la hora de hacernos entender, pero a veces en este tema y en otros más relevantes la terminología y los hechos son manipulados por cierta propaganda hasta convertir en falso lo cierto y en cierto lo falso. Este es el problema de las palabras a veces.
Si me llegas a decir que el escudo de la laboral era el escudo franquista, ya que es el de los Reyes católicos modificado por Franco, me habría tenido que callar. Lo que me ha chocado es que des automáticamente por buenas las identificaciones que pueda hacer una determinada propaganda, aunque sólo sea a efectos de entendernos...
Si llegase a explicar el porqué de cada expresión que utilizo, no se sabría de que estoy hablando.
Lo que me extraña es el silencio sobre esto. Por cierto, me entrego (por circunstancias personales) a otros quehaceres literarios en mi otro blog, te invito a que pases http://bombonesrotos.blogspot.com un abrazo!!
A mi no me extraña, conozco el patio. Pues encantado acudiré a tu otro blog. Un abrazo.
Me parece increible que tras la restauración del edificio hayan dejado entero el Escudo del régimen de Franco, en esta época de "mística iconoclasta".
Verdaderamente, hoy en día no le interesa a nadie ni San Juan ni el águila que representaba la sumisión del Estado a la verdad católica.
Más acertado sería poner una gallina,o un cerdo, por aquello del jamón de pata negra.
Si no se ha quitado el escudo, como se ha hecho en la torre de la entrada, dónde si se ha cambiado, y cómo se han hecho con las barandillas del balcón del despacho del teatro, (donde antes había yugos y flechas y ahora el escudo de asturias) es porque el escudo con el águila está puesto de tal manera en el centro del edificio, y montado en 8 partes, que el quitarlo de ahi sería desequilibrar el peso del edificio, aunque parezca mentira.
Digo esto porque es lo que me contaron a mi, y si no es así, siento la falsa información.
Por cierto, el letrero no se ilumina de noche, te lo dice uno que ha estado dos años estudiando en la laboral y en invierno a las 6 es de noche, así que menos fotoshop y más realidad.
Viva la república!
Anónimo no me cuente historias, lo que digo es que se colocó un frase en ese escudo. ¿si o no? Me da igual que se ilumine por la noche o no, el hecho es que se ha colocado un cartel con cierta frase en ese escudo. ¿O se va a atrever a negármelo?
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