viernes, 9 de enero de 2009

COMO CATÓLICO, UNAS REFLEXIONES

Este año 2.009, en el que voy a iniciar mi andadura profesional en solitario, lo quiero iniciar con unas reflexiones como miembro de la Iglesia Católica dirigida a todos, especialmente a esos a los que realmente Jesús dijo que eran sus verdaderos madre y hermanos. Estas reflexiones las he querido hacer lo mejor posible, pero sin tampoco detenerme demasiado en hacerlo perfecto en el poco tiempo que he tenido disponible, por eso he tardado tanto en volver a publicar en este blog. Con lo que a continuación voy a exponer, no espero que se me dé la razón, pero si me gustaría que sirviese para que los que lo lean reflexionen.

Pues bien, existe una crisis profunda de fe en el mundo, e incluso en nuestra propia Iglesia. Un problema que sinceramente tampoco es nuevo. Por desgracia hay, como hubo en la Historia, mucha gente que ser católico es como si se tratase de pertenecer a un club social en donde se cumplen unos mínimos deberes, como ir a Misa, comulgar, de vez, en cuando confesarse, pero sin mucho propósito de enmienda y hacer acto de presencia en las Navidades, en la Semana Santa y las fiestas de algunos Santos, más que tomarlo como una religión que exige un compromiso más decidido y más fuerte en su práctica. Por eso, a lo largo de la Historia, las carencias en la fe de los fieles, principalmente en los que tenían que dar ejemplo, como la Jerarquía, que, al fin de cuentas, fueron, durante muchos siglos, los segundones de las familias nobles, y las familias reales y nobles, que se dedicaban más a hacer la guerra utilizando como pretexto a la religión, y por eso se ha construido las bases de la religión católica sobre los cimientos de las formas, en lugar de seguir de verdad los postulados de Nuestro Señor Jesús lo mejor posible, eso sí dentro de nuestra humana imperfección. Pero siempre tenemos que tener como objetivo el seguir sus pasos.

Actualmente, aunque hemos mejorado, eso creo yo, debemos seguir esforzándonos para conseguir que esta Iglesia terrenal se asemeje al deseado por Dios. Para empezar, debemos decir la verdad siempre, aunque podamos salir perjudicados. Pero eso ya lo tendríamos que tener bien asumido porque, aunque se diga lo contrario, Jesús no vino a traer la paz sino la guerra por causa de la verdad (San Mateo, Capítulo 10, versículo 34). Esta guerra o estos enfrentamientos son originados como reacción a decir la verdad y difundir los Evangelios. Por eso, como dijo Jesús, se iniciará (se inició, como se puede comprobar) una persecución contra el Evangelio (San Mateo Cap. 24, vers. 9). Razonamiento que resulta obvio, no porque lo haya dicho Él, sino porque decir las verdades a la gente no suele gustar demasiado, o se encaja muy mal, y también es normal que el poderoso intente conservar su poder aplastando cualquier cosa que crea que le supone un peligro a su estatus.

Por todo esto debemos exigir a nuestra Jerarquía que diga las cosas como son, y no ser ambiguos para ciertos temas para conseguir del Estado más beneficios fiscales, o, creyendo que así se ganan más adeptos, dulcificando la realidad de los Envangelios, vendiendo al personal que todos somos hijos de Dios, cuando no es así, ya que sólo lo son los que cumplen la Palabra de Dios (San Juan, Cap. 8 vers. 31 a 59), y que de las pocas obligaciones que tienen el católico es dejar dinero en la colecta y marcar la X en la casilla de la declaración de la Renta. Porque parece ser que obligaciones no debemos de tener porque los mandamientos, según un sesudo sacerdote, no son mandamientos sino recomendaciones. Pero no sólo debemos exigir más a la Jerarquía sino a nosotros mismos como miembros de la Iglesia. No tengamos la tentación de eludir responsabilidades.


También quiero dejar claro, ya que alguno tiene la osadía de utilizar a los macabeos (Antiguo Testamento) como fundamento de sus tesis, que la base de nuestra fe reside en los Evangelios, es donde consta las enseñanzas de Jesús. Y tomar con cautela el resto de escritos del Nuevo Testamento, sobre todo las epístolas, que fueron redactas por los apóstoles fundamentalmente para los gentiles de aquella época. Es decir, que se deben entender en su contexto histórico, no intentar extrapolarlo a la actualidad.

Para acabar, me gustaría que reafirmar mi tesis de que ninguna religión debe ostentar carácter oficial de ningún Estado, no sólo porque Jesús dejó claro que su reino no es de este mundo, y que al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, sino porque de esta manera nos evitamos conversiones forzosas o interesadas, que en España sabemos, o deberíamos saber, los problemas que dio el fenómeno converso. Así cada uno tiene sus creencias y que viva su vida como crea conveniente. Nosotros los católicos debemos de vivir nuestra fe de manera plena y sin ambigüedades. Y al que no le guste, pues que apostate.

20 comentarios:

iskander dijo...

Bienvenido de vuelta a la blogsfera.
Está perfecto, como siempre, el texto, sin embargo debemos reseñar que el ser cristiano en estos tiempos es una maldición. Es la columna débil donde se pueden apoyar todos los memos y lo no tan memos para descargar sus iras y sus barbaridades. Pongamos el recordatorio de los insultos durante una cabalgata a la iglesia católica y el silencio mediático a ese hecho. a la semana siguiente unas ocytavillas llamaban a oponerse al islam y el grito se puso en el cielo por parte de los de siempre.
Es gracioso que un estado laico, unas gentes que abogan por apartar a la iglesia católica luego los veas en funerales de estado con las caras más cristianas que la imagen de Santa Teresa.
Quien quiera ser cristiano que lo sea, yo me siento cada día más orgulloso de serlo y de enseñárselo a mis hijos. Pero quien no lo sea que aplique su pedida igualdad y libertad y deje de calumniar e insultar a quienes lo son.
Suerte en tu nueva andadura en solitario.

El Berto dijo...

La verdad es que hoy en día la religión, como tú dices es como pertenecer a un club, social y la Iglesia Católica va a tener un problema importante a largo plazo.

Está perdiendo adeptos, y los está perdiendo en población joven, en España están cada vez mas tomando su relevo las iglesias “evangélicas”, por lo menos yo aprecio que cada vez abren mas locales y con una notable afluencia de familias enteras, mientras que la Católica la asistencia es mayoritariamente de gente mayor de avanzada edad.

En su principal feudo de fieles (Latinoamérica), la introducción de estos movimientos evangélicos es más acentuada, llegan por lo que he visto en algunos documentales a reevangelizar a tribus indígenas.

Es cada vez más frecuente ver a monjas y sacerdotes de otros países, dada la escasez de vocaciones.

Por otra parte, a diferencia de Italia muy asentada y con notable influencia, y de los países del este en los que tiene un prestigio fundamentalmente por el régimen del que vienen, en España todavía pesa y mucho el Franquismo, situación que hábilmente ha aprovechado el Gobierno para movilizar a su electorado.

La gente para hacer obra social ya no necesita acudir a la iglesia sino que tienen las ONGs.
En definitiva en estos tiempos, por las que las políticas del Gobierno (matrimonio, aborto, etc..), haya servido para hacer piña, la Iglesia tiene un problema, y en los referente a la financiación el marcar la casilla de la iglesia está bajando progresivamente.

España es católica no practicante.

Militos dijo...

En primer lugar José E. te deseo un ¡Feliz Año!
Esta clase de post son muy necesarios.Por supuesto que el Estado no debe tener una religión oficial porque eso llevaría a que muchos la asumieran como asumen el carnet del partido en el poder. Y porque es necesaria la libertad para que cada cual practique su propia religión. El problema de España es que se está confundienso la libertad de culto con todo vale contra la Religión Católica.
Por otro lado pienso que con tantas cosas en contra, el que ahora se dice o se siente católico ya no lo hace como el que tiene un carnet ni por aparentar, como pudo ser en tiempos pasados, sino que es algo más verdadero y profundo. Quién hoy se dice católico lo dice en verdad y conocimiento de causa.
Lo que sí sigue fallando es el poco interes en la continua formación religiosa que todos deberíamos seguir, de la misma manera que un médico o un abogado o un informático... están siempre en continua formación. El princial error es creernos que con lo que se aprendió en el colegio ya es suficiente. Sobre todo en estos tiempos que nos aguardan y que ya padecemos donde se confunde lo blanco con lo negro.
También tienes razón en que algunos sacerdotes deberían hablar más claro aunque "haberlos hailos". Sólo con que siguieran las enseñanzas de los dos ultimos Papas tendrían suficiente.
Estupendo y necesario tu post.
Un abrazo

ARCENDO dijo...

Poco a poco nos vamos reincorporando... y tu como veo, con las pilas cargadas. Excelente y acertadísimo post, no son elogios, es muestra de que yo diría lo mismo que tu, pero sin tu magistral soltura.
Enhorabuena una vez más.
Pero en este primer contacto anual, mi intención es dejarte mi deseo de que en este nuevo periodo resistente, las cosas te vayan todo lo mejor posible, para tí y todos los tuyos.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Ya te echaba de menos. Que te vaya muy bien en tu nueva posicion.
Tu articulo no tiene desperdicio.Que sigas con la mente tan clara, tan habil en expresar lo que crees y practicandolo ejemplarmente.

iskander dijo...

Os dejo este enlace por si os interesa, se llama orgullosos de ser Católicos y han iniciado una campaña interesante:http://www.grupojst.com/

FJ dijo...

Es mi primero visita a tu blog y la verdad, es que me he encontrado como en el mio propio.
Te deseo un feliz año y deseo de corazón que te vaya todo muy bien un tu nueva andadura profesional.
Te felicito por tu blog, por ser nieto de ese gran hombre y por tus ideas.
Un fuerte abrazo.
Pasaré por aquí bastantes mas veces.

Luis Simón Albalá Álvarez dijo...

Te deseo en esa singladura profesional independiente que vas a iniciar, pero no te estrenes contra nosotros.
Saludos

Luis Simón Albalá Álvarez dijo...

Quise decir que te deseo SUERTE

Al Neri dijo...

Yo sólo voy a hablar de lo de que haya una "religión oficial". Me parece que esta expresión constitucional es especialmente desafortunada.

Yo no sé si tiene que haber una "religión oficial" o no, porque no sé lo que es eso.

Lo que sí tengo claro es que un católico está obligado a comportarse como tal tanto en su vida privada como en su vida pública. Si además este católico tiene un puesto de responsabilidad política, está obligado a actuar conforme a su Fe en todas sus decisiones y por supuesto a aprovechar su puesto de dimensión pública para realizar en la medida de sus posibilidades una labor de evangelización y de acercamiento de la Fe cristiana a todos los ciudadanos.

Por lo tanto, si un determinado grupo político católico llega al poder, se hace con el Estado, lo lógico es que se dedique a legislar, a dictar resoluciones y a tomar decisiones siempre de acuderdo con los valores evangélicos. También lo normal es que se dedique a patrocinar y a amparar y proteger la cultura, el patrimonio y la Religión católicas y, si es necesario y posible (evidentemente ahora no es posible con la Constitución) limitar cualquier manifestación o actividad de personas no creyentes o de otras confesiones que puedan dañar u ofender la sensibilidad y la cultura cristianas.

¿Esto significa que la Religión católica tendría carácter oficial? Pues yo no lo creo, porque primero el Estado no tendría que oficializar ninguna confesión y podría haber otras diferentes en España con los límites necesarios para que no pudiera menoscabarse nunca la Religión Católica. Además, el Estado no estaría vinculado por las autoridades religiosas, ni viceversa, es decir que no habría mezcla ni confusión de funciones civiles y religiosas.

De lo único que se trata es que unos políticos católicos se preocuparían de actuar como católicos en su actividad pública, que es lo coherente y además lo obligatorio para ellos.

Yo a todo esto lo llamo confesionalidad del Estado, que considero que no es lo mismo que el que "una confesión tenga carácter oficial". Sé que el límite puede ser complicado pero yo sí que creo en un Estado confesional católico respetuoso con las demás religiones practicadas por algún español.

No olvidemos que la Religión Católica es en primer lugar la verdadera, y en segundo lugar la española. La cultura y la historia de España están profundamente enraizadas en el cristianismo y es necesario proteger debidamente estos valores para salvar la esencia misma de España, sin perjuicio de la libertad religiosa.

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

Muchas gracias a iskander, militos, arcendo, anónimo y Francisco Javier.

#El Berto# Lo que la Iglesia tiene que hacer es lo que tiene que hacer, aunque con ello pierda fieles. Lo que no debe hacer es difuminar la esencia del cristianismo para abarcar a cuantos más mejor. Las religiones no son partido políticos que se tienen que adaptar a los tiempos y a la gente. Las religiones son lo que son.

#Albalá# No creo que me vaya a estrenar, cuando abra el despacho, demandando a RENFE. Eso sí, decirte que las condiciones generales son bastante gravosas para el usuario, ya que para que una reclamación prospere es necesario que el retraso sea de una hora, cuando en cercanías es muy raro tanto retraso. Salvo para FEVE que si es capaz de lograrlo. Pero que prospere la reclamación en este caso da como fruto un misero billete.

#al neri# Yo creo que el responsable político no debe utilizar las instituciones públicas para evangelizar más allá del ejemplo que dé. Porque, por la misma regla de tres, la izquierda puede hacer lo mismo pero con el laicismo. Esto sin olvidar que el Estado debe ser neutral.

De todas maneras sigo haciendo hincapié en que al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, y el César tiene como misión en el S. XXI gobernar para todos los ciudadanos, sean o no, creyentes, en aras de la búsqueda del bienestar social.

Y que nosotros creamos que la verdadera no significa que otros crean lo mismo. Por algo existe la libertad de conciencia.

Al Neri dijo...

Anda, José Enrique ¿y por qué el Estado tiene que ser neutral?, ¿eso quién lo dice? Y no me utilices argumentos positivistas y mucho menos me recites la Constitución, que ya te conté que me la sé de memoria y la leo todos los días.

Me parece más honrado un Estado abiertamente laicista, que actúa conforme a lo que creee, con una coherencia interna, y que arrincona incluso la Religión por considerarla sinceramente dañina para el pueblo, que un Estado liberal, neutral, indiferente, al que todo le da igual, que no cree ni en sí mismo y que puede dar luz verde, por ejemplo, a una ley abortista sólo porque un diputado tenía gripe ese día y no pudo ir a votar.

Desengáñate, amigo: El Estado actual no es neutral en materia religiosa para respetar las diferentes creencias de los ciudadanos, sino por que se la refanfinflan los valores espirituales y la Tradición Española.

En estos momentos me parece más coherente ZP, que está llevando a la práctica reivindicaciones históricas de la izquierda más comprometida, que los del PP, que con tanto querer contentar a todos, no contentan a nadie y así les va. Al menos los militantes y votantes socialistas pueden estar orgullosos de su partido, que materializa sus ideas políticas, mientras que a los católicos del PP no sé cómo no se os cae la cara de vergüenza con un líder que apoya el cumplimiento de la Ley del Aborto y actúa todos los días de espaldas al Evangelio.

Al Neri dijo...

Ah, y el estado confesional es plenamente compatible con dar a Dios lo de Dios y al César lo del César: Ni la Iglesia tiene que gobernar, ni el Estado tiene que decir Misa.

En cuanto a la libertad de conciencia... qué decirte. ¿No te parece un poco raro que los políticos "católicos" se preocupen de las creencias, conciencias y sensibilidades de todo el mundo menos de las de los católicos, simplemente porque ser católico "no vende" ni da votos. ¡Manda huevos!

Otra cosa es que aprovechemos el poder para perseguir a otras religiones o a los ateos, que no me parece de recibo, pero vamos, si cualquier político en el poder arrima el ascua a su sardina (en lo económico, en lo social, en lo cultural, en lo territorial), si cualquier gobernante apoya o financia a los colectivos o asociaciones que más le gustan, si saca leyes protegiendo las realidades que a él le preocupan (matrimonio homosexual), si beneficia a empresarios o a trabajadores según su filosofía, si apoya el cine con el que más se identifica, si centra el gasto público en los aspectos que considera prioritarios... ¿por qué coño si los católicos llegan al poder no pueden hacer lo mismo con su Religióny sus valores? Somos neutrales para lo que nos da la gana.

Disculpad la extensión.

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

No me hace falta ir al Derecho positivo, porque mi respuesta es bastante sencilla. Supone la obligatoriedad de confesar una religión concreta, o al menos hacer el paripé para, por ejemplo, ostentar un cargo público. Fíjese que en el Reino Unido que es confesional, de la religión anglicana, ningún Primer Ministro ha sido católico. Es más Tony Blair se pasó al catolicismo cuando dejó de ser Primer Ministro.

Segundo, porque se corre un terrible riesgo de que los políticos utilicen la religión como causa política.

Tercero, ¿qué pasaría si la mayoría de los ciudadanos dejasen en España de ser católicos? ¿España tendría que dejar de ser católico y pasar a la nueva confesión o al ateismo?

Cuarto, ¿Me puedes explicar en un Estado confesional se puede separar la vida religiosa de la política para dar cumplimiento al mandato divino de al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, o mi Reino no es de este mundo?

Quinto, la religión debe ser una opción privada con manifestación pública. Y quiero que la gente se diga católica lo sea de verdad, no sea un católico por mero interés personal o mundano. En resumidas cuentas, me gustaría que el católico lo sea de verdad.

Sexto, aplicando lo que Jesús dijo que no hagas lo que a ti no te gustaría que te hiciesen, me parece hipócrita imponer a los no católicos mi religión, cuando, a la inversa, no lo aceptaría.

Séptimo, etre aconfesionalidad y laicismo hay una sutil diferencia, que es que éste el Estado no colabora con las confesiones religiosas; y aquel , si existe acuerdo de colaboración con las confesiones religiosas exisstentes en el Estado.

Al Neri dijo...

José Enrique.- Agradezco tu inteligente respuesta, que me ha gustado mucho por su riqueza de argumentos, y te comento:

- Dices que en un estado confesional sería necesario ser o parecer católico para ostentar un cargo público. Bueno, si el Estado inspira su filosofía y su actuación en el catolicismo es lo lógico, ¿no? También cuando el PP o el PSOE gobiernan sus altos cargos son afiliados o simpatizantes del Partido. Yo entiendo que para acceder a la Administración pública (ser funcionario) no debe jamás tomarse en cuenta la ideología, pero me parece de cajón que sí se considere para designar a los titulares de órganos directivos públicos.

Dices que se "haría el paripé" para acceder al cargo. Pues allá cada uno. También muchos fingirán ser del partido en el Gobierno (o al menos no ser contrarios) para que les nombren subsecretarios de un Ministerio o Consejeros de una Comunidad Autónoma.

Lo idea, como bien dices, es que los sentimientos religiosos sean auténticos, pero el Estado mo puede meterse dentro de las conciencias para comprobarlo.

- No sé qué es "utilizar la Religión como causa política", de verdad. No creo que tenga que ser así. Sólo se trata de defender unos principios y una identidad.

- Si los "españoles dejan de ser católicos" (lo que en la práctica ya ha sucedido) y un movimiento político de raíz católica llega al poder, su obligación es poner todos los medios para recuperar los valores perdidos del pueblo. La gente podrá creer o practicar más o menos, pero la identidad y el sentido histórico de España bebe de las fuentes del cristianismo y sería obligación del Estado recuperar estas esencias para que España volviera a ser luz del mundo.

- Lo de separar la vida religiosa de la política de verdad que no lo cojo. Yo entiendo que tienen que estar separadísimas. Cada uno puede creer o no creer lo que le dé la gana. Lo único que yo pido del Estado en temas religiosos es que apoye a la Religión Católica en su labor apostólica, por ejemplo colaborando con la Iglesia para que se imparta clase de Religión a todos los niños en los colegios y así todos puedan conocer la Doctrina y después decidir libremente si abrazan o no la Fe.

Puede haber más colaboraciones con la Iglesia, en materia fiscal, tributaria, asistencial. Incluso el Estado puede cooperar negándose a casar por lo civil a los bautizados, es decir indicando a los que lo pretendan que debido a su bautismo es la Iglesia la competente para casarles. Pero esto no es mezclar política y Religión.

- Enrique, pensamos diametralmente opuesto, pero al menos no pongas en mi boca cosas que no he dicho. Yo no quiero imponer nada a nadie; bautizarse y practicar debe ser libre e imponer una religión me parece repugnante. Otra cosa es que el Estado intente promover al máximo las condiciones necesarias para que la gente crea. ¿Puede esto dar lugar a hipocresías y a presión social? Es posible, pero a mí me gustaría evitarlo. No olvides que en nuestros tiempos también hay una especie de dictadura de lo políticamente correcto y si reconoces públicamente que vas a Misa o que no quieres hacerlo con tu novia antes del matrimonio, se descojonan de ti hasta hundirte. Tan mal me parece la presión para imponer la religión como para imponer la progresía.

- En tu punto sétimo, sí, puede ser esa la diferencia.

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

Empezando por el malentendido. En el punto seis no he puesto nada en tu boca, sólo adapté con mis palabras lo que Nuestro Señor dijo al respecto.

En segundo lugar, mi afirmación de que sería arriesgado no es baladí sino que esta conclusión se encuentra en la Historia. Así si no se hubiera politizado la religión católica no se habría producido ningún cisma ni ningún movimiento protestante o anglicano, sobre todo éste último. En Inglaterra ya hubo antes de Enrique VIII otro rey que tuvo un enfrentamiento con la Iglesia, mejor dicho con un arzobispo, el de Canterbury, Thomas Becket, que acabó siendo asesinado por unos caballeros que escucharon quejarse al rey de dicho prelado. Ese rey de Inglaterra tenía por nombre Enrique II de Plantagenet.

Luego encontramos en nuestro país, por ejemplo, las constantes ingerencias del poder político: los visigodos, con el ánimo de querer unificar el reino bajo una misma religión persiguió primero a los católicos, y viendo que era imposible, al convertirse en católicos, los siguientes eran los judios. Y así con la tónica general de querer uniformar el país bajo una misma religión, podemos encontrar que la Inquisición fue pedida por el poder político, v.g. Reyes Católicos; incluso la expulsión de los judios, justificado por motivos religiosos, se encontró con la paradoja con que sefarditas acabaron viviendo en los Estados Pontificios; o también que, por motivos religiosos, se hipotecó la Corona de Castilla, que era la que aportaba los recursos financieros extraordinarios para las aventuras de los Reyes Carlos I y Felipe II, obligando a éste a declarar por tres veces la suspensión de pagos. Así que mejor que la cuestión de fe sea personal de cada uno, y que el Estado se dedique a solucionar los problemas terrenales de los ciudadanos y a no meterse en los asuntos personales de cada uno.

En tercer lugar, comparar la obligatoriedad de ser católico con la militancia o simpatía a un partido político es desde luego desafortunada. Porque, para que sirviera, tendría que exigirse para ocupar un cargo político el ser militante de un solo partido, es decir, para que se me entienda mejor, es como si se exigiera ser por ejemplo del PSOE. Para entrar en un cargo de la administración se tendría que militar o simpatizar sólo con el PSOE. De esa manera, la democracia no tendría ningún sentido. No hay elecciones, y proclamamos a Zapatero como Presidente perpetuo de España. Y aparte, podría ocurrir en España como en EEUU, que republicanos entren en una Administración demócrata. Y podría darse, como en Ayuntamientos y en Comunidades Autónomas, gobiernos de coalición, incluso como ocurre en algún municipio pequeño, con una persona que ha encabezado una lista de electores.

Allá cada uno, es un error porque, porque como quedó reseñado anteriormente, esa gente hace más daño a la religión que si estuvieran fuera.

Desde el poder al final no se hace proselitismo, ni de una religión concreta ni de una ideología. ¿Qué es lo que pasó en la URSS cuando se derrumbó y volvieron a salir la gente a la calle manifestando su fe en Dios. O ¿para qué sirvió que España fuese confesional durante el franquismo para que después de muerto Franco surgieran ateos como setas? Además no sólo no sirve para nada sino que el mejor sistema de hacer proselitismo es alejar la política de la religión, y que las conversiones sean sinceras, y que los ministros de la Iglesia nos lleven por el camino correcto, no un camino guiado por intereses particulares. Y el que no quiera creer, que no crea, y que no nos haga perder a los demás el tiempo.

Por último, y como digo en mi anterior punto séptimo, hay que distinguir entre aconfesionalidad y laicidad. Y la aconfesionalidad no es politizar nada, porque, para ello, hay que distinguir entre actos administrativos y actos políticos. Por ejemplo, con tu ejemplo de los bautizados, el Estado sólo permite que el ciudadano, en su libertad, opte por casarse como le dé la gana, por el derecho canónico, el civil, o el religioso en forma civil. En ese campo no interviene la política, sino la libertad individual. Por cierto, sería como tu dices, que la Iglesia sería el competente para casar a los bautizados si con ese acto se perdiese la nacionalidad, en este caso, española y se perteneciese exclusivamente a la Iglesia. Porque como español, el Estado no me puede negar ningún derecho civil. Y cada ciudano, es libre de elegir sus opciones personales, y ahí el Estado no tiene que meterse en absoluto.

Por cierto no veo que me haya contestado a mi punto cuarto.

Al Neri dijo...

Das a entender que yo quiero imponer la Religión a los demás a través del Estado.

Los ejemplos históricos que pones me parecen muy acertados y los considero situaciones indeseables que consisten en mezclar Iglesia y Estado y no religión y política. A mí no me parece bien confundir la Iglesia con el Estado y creo que evitar esto es compatible con la defensa de los valores católicos y con intentar que estos impregnen la actuación política.

Sí, hay gobiernos de coalición si no queda otro remedio. Pero un partido con mayoría absoluta siempre va a poner a todos los directores generales del partido, o al menos no contrarios al partido. No entiendo por qué esto lo entiende todo el mundo y no se entendería si se hiciera por afinidades religiosas o, mejor dicho, de filosofía de vida.

Con la mano en el corazón, me parece abiertamente anticatólico sostener que el Estado debe limitarse a solucionar "los problemas terrenales de los ciudadanos". Como bien sabes, ser católico no es sólo ir a Misa y rezar, sino tener una forma de entender todos los aspectos de la vida, incluido la política, el trabajo, la bioética, la distribución de la renta, la familia, etc. En todos estos aspectos se puede influir enormemente desde el Estado, y un Estado confesional católico gestionará todos estos "problemas terrenales" de manera más adecuada, más justa y más humana que un Estado que no lo sea. ¿Qué son los "problemas terrenales"? ¿que un político cuando está legislando se olvide de que es católico y legisle todo lo contrario a lo que piensa y luego vaya a Misa y comulgue con su familia?

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

Yo no doy a entender nada de eso, sólo hice referencia a lo que dijo Jesús. Y repito sería hipócrita por mi parte el estar de acuerdo con un Estado confesional, con todo lo que implica, si no admito que el Estado sea laico y que desde los poderes públicos se haga campaña a favor de la no existencia de Dios. ¿Entiendes ahora?


Gracias por decir que los ejemplos históricos son acertados, porque son eso, ejemplos de lo que ocurriría si volviese a ser el Estado confesional. Con el aliciente que la Iglesia no sería nacional, sino que es católica, y que su sede está en el Vaticano, y que corresponde a otro Estado. Y sería peligroso que otro Estado se entrometiese en la política del nuestro, como así ocurrió.

Que con mayoría absoluta el Presidente del Gobierno ponga a la gente de su partido o simpatizantes está dentro del juego democrático. Pero existe una diferencia sustancial entre que el mandato de una legislatura, revisable en las siguientes elecciones por los ciudadanos, pueda haber gobierno monocolor a que sea imposible cambio de color político, que es lo que se produciría si, independientemente del resultado de las elecciones, ocupasen los cargos los de un determinado partido. ¿entiendes la diferencia?

A mi me parece abiertamente anticatólico que el Estado se meta en las creencias personales de la gente, porque te recuerdo el reino de Jesús no es de este mundo. Y me sigues sin explicar cómo compatibilizar tanto de que el Reino no es de este mundo, como al César lo que es del César con que el Estado sea confesional. Creo que sigues confundiendo entre la confesionalidad del Estado y que el político católico actúe conforme a sus creencias.

Álvaro dijo...

José Enrique - Llego (tarde) a este interesante debate a través del blog de Al Neri ("La pluma viperina"), pero me gustaría darte mi parecer.

Creo que tu punto de vista es sincero, bienintencionado y está muy elaborado pero también creo que está muy cojo porque no parece (quizás me equivoque) que conozcas el Magisterio de la Iglesia sobre "La confesionalidad del Estado". Citar el Evangelio e interpretar hechos históricos de modo particular no es suficiente.

Si quieres conocer los documentos principales del Magisterio sobre el tema, te recomiendo éste artículo. Obviamente, no es preciso que coincidas con las conclusiones de su autor pero creo que puede abrirte un horizonte mucho más amplio y mucho más "católico".

Un cordial saludo.

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

Álvaro le agradezco que me haya intentado convencer de mi error, pero le puedo decir que el artículo que me ha facilitado no sólo no me ha cambiado mi paracer sino que ha ratificado que la tesis sostenida por la Jerarquía en pro de la confesionalidad es contraria a la Constitución católica y esa es la palabra de Jesús. Fíjese que la única referencia a los Evangelios de ese artículo es un pasaje de San Mateo, pero que, contrariamente a lo que sostiene el propio artículo en el sentido de afirmar que con fuertes apoyos en las Escrituras, no es así, y le voy a exponer literalmente lo que dijo Nuestro Señor:
San Mateo 28,18-20)
"Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo"

En este pasaje lo que manda el Señor es hacer proselitismo, pero no dice que el Estado o el César tenga que hacer proselitismo. Y yo el proselitismo nunca lo he negado, porque es de suyo que una religión haga proselitismo. Lo que digo es que desde el Estado no se debe hacer proselitismo, por los argumentos que he expuesto y que en ese artículo no han sido rebatidos.