Pero, hoy me vino la inspiración, y ya sé por dónde va la jugada de un personaje tan dado al ilusionismo. Todos sabemos que tiene la intención clara de culpar de todos los males a la CEOE que es, según su versión, el que impide rubricar el acuerdo social, y como los malos son los empresarios, da igual que sean pequeños, medianos o simplemente autónomos, pues el próximo año ¿quién se va a tragar las culpas de la subida de los precios debidos al incremento del IVA, en productos tan usuales como los que expuse ayer en el artículo en el que cuestionaba que los ricos se llevarán el mayor impacto fiscal? En efecto, pues el que tenga que vender productos o servicios al público, que es, según la Ley del Impuesto, al que se le debe repercutir íntegramente el impuesto y, como lo que mira el consumidor es el precio total no se detiene mucho en bases imponibles ni en porcentajes de IVA, lo que va a ver es que le han subido la carne, la luz, el pescado... ¿Y por qué el 1 de julio de 2010? Por una razón sencilla, al no darse informativamente mucha importancia a la fecha de entrada en vigor, es difícil que los ciudadanos se percanten de este dato, así que, cuando llegue enero, se darán cuenta de que la polémica por la subida era exagerada ya que no lo han notado en sus bolsillos, pero, transcurridos 6 meses, se llevarán de golpe la gran sorpresa y el consiguiente enfado. Mientras tanto, Zapatero llenando las arcas públicas para derrocharlo alegremente en sus medidas populistas, evitando quedar mal subiendo el impuesto directo por excelencia, el IRPF.
Por eso, el próximo año sería bueno que todos los comercios recordasen al público que la subida de los precios es debido al incremento del IVA general y reducido, y si es posible que se incluyese, a título informativo, en los tickets y facturas la diferencia de precios antes y después de la entrada en vigor de la reforma de la Ley del Impuesto. Y, por último, desaconsejo los redondeos por muy incómodo que sea porque van a ser utilizados como excusa para culpar a los comerciantes.