Ayer perdí el autobús que salía a las 20:00 horas de Oviedo con destino Cangas de Onís, y parada en Infiesto, porque el tren RENFE Cercanías, que procedía de Gijón Cercanías, y que paraba en Lugones, según hora oficial, a las 19:36 (aunque pasó a las 19:40) y que debía parar en Oviedo cinco minutos más tarde, se paró durante aproximadamente un cuarto de hora, entre La Corredoria y la capital asturiana, por, presumiblemente, problemas técnicos del tendido eléctrico de esa vía, puesto que el tren se quedó sin luz. Parte de esta incidencia fue recogida por mi teléfono móvil en un vídeo de 1'14'' de duración, en el que se podrá comprobar que el tren se encontraba completamente parado. No recogí todo el tiempo porque el móvil estaba muy bajo de batería y tuve que utilizarlo para hacer alguna llamada. Este problema me obligó a tener que coger el tren FEVE que sale a las 20:35 y llega a Infiesto a las 21:40, con un total de 18 paradas, cuando de haber cogido el autobús hubiese llegado a las 20:50, como muy tarde.
En principio no pensaba publicarlo en mi blog, no obstante cambié de opinión cuando, al día siguiente, es decir, hoy, fui a presentar una reclamación a RENFE, ejercitando mi derecho como usuario, aunque utilice un abono mensual de la CTA (Consorcio de Transportes de Asturias). Pero, en lugar de encontrarme con un tratamiento correcto por parte de la encargada de recoger la reclamación (que no es la que va a resolver), mantuvo una actitud con claras muestras de contrariedad. No paró de decir que lo único que hacía era perder el tiempo, que lo que estaba haciendo no servía para nada porque era usuario de una tarjeta CTA, o que reclamase en el Consorcio de Transportes. Parecía que me estuviese haciendo un favor muy gordo.
Lo que hizo esta trabajadora de la Estación de la Corredoria no es, por desgracia, una excepción. Todo esto proviene de una mentalidad demasiado conformista de la sociedad asturiana, que no tiene la cultura de reclamar y de exigir el respeto de sus derechos e intereses. Una sociedad que se deja pisotear tanto por la Administración como por las empresas, que, para que te hagan caso tiene que salir en los medios de comunicación. Que, por cierto, la anestesia viene suministrada por unos medios de comunicación que dan categoría de noticias a cosas como si un paisano hace un queso o las fiestas de un determinado pueblo, sin olvidarme de lo habitual de informaciones de supuestos asturianos (a muchos de ellos se les atribuye esa condición, por ejemplo, por haber pisado la región, como el caso del difunto Leopoldo Calvo Sotelo, o por tener un antepasado, como fue el caso de Bill Richardson). Y a esto le añades la turra que dan los políticos asturianos con la reforma del Estatuto de Autonomía, con el interés de todos de pactar con el PSOE o la capitalidad de Oviedo. En cambio, asuntos de verdadero interés ciudadano, como los fallos de los transportes públicos (que ya denuncié en este blog), o la total falta de rigor en las tramitaciones de los procedimientos administrativos, en la que el contribuyente se ve obligado a recurrir a la Administración de Justicia para que no le cobren, por ejemplo, una multa de 60 €, cosa que no hace por la escasa cuantía de la sanción. ¡Esto es Asturias!