En este país da la sensación de que hay muy pocas personas que tengan sentido de Estado, o, dicho de otra forma, que tengan visión de conjunto. Veo que mucha gente sigue teniendo la idea de que el Estado es un pozo sin fondo, una fuente inagotable de recursos, de la que poder seguir tirando de manera indefinida. Llevo observando las reacciones de muchas personas entre el estupor y el asombro contra unas medidas que este Gobierno se ha visto obligado a tomar, y aún así en Bruselas les parece insuficientes. Hemos estado en una situación muy crítica con la prima de riesgo de España, que ha llegado a superar con creces la barrera de los 500 puntos básicos, llegando a 539. Y que, por fortuna, hoy, a estas horas, hemos logrado bajar de los citados 500 puntos. Y esta escalada, por cierto, no sólo ha afectado a España sino a Italia, que ha tenido cinco días consecutivos de subida.
Este indicador establece lo que cada Estado tiene que pagar de intereses por financiarse en el mercado, y cada Estado precisa de este dinero para, entre otras cosas, pagar a los funcionarios. Y cuanto más sube la prima de riesgo, más intereses paga el Estado con lo cual más dinero debe de consignar en los Presupuestos Generales del Estado para devolverlo. Según tengo entendido, en los PGE se había consignado 25.000 millones de euros en intereses. Pues cada punto que suba la prima de riesgo, más intereses tiene que pagar el Estado y detraerlo de otras partidas, porque si no se devuelve el dinero que han prestado, van a cerrar el grifo de la financiación. En el caso de España, como el de Italia, por tamaño, no somos rescatables. Si España incurre en mora, Bruselas no puede rescatar a nuestro país como lo hizo con Grecia, Portugal e Irlanda. Así que acabaremos fuera de la Unión Monetaria, volviendo a la peseta, teniendo que devaluar la moneda para intentar ser competitivos en el exterior, pero con el gran inconveniente de que nuestros préstamos e hipotecas las tenemos que seguir pagando en euros.
Dicho esto, que sigan protestando por los recortes que el Gobierno ha tenido que aplicar. Pues nada que el Gobierno atienda a todas las peticiones de todos nuestros protestones, que no recortemos un euro en nada. Es más, por ejemplo, que, en lugar de haber 40 alumnos por clase, haya un profesor por alumno, así el alumno podrá tener la atención que se merece; sigamos no sólo manteniendo los fondos mineros sino incrementándolos un 5% adicional; subamos el sueldo a todos los funcionarios; aumentemos el gasto en la industria militar; lo mismo, en todas las partidas de los PGE. Sigamos teniendo todos una visión miope, cortoplacista y egoísta, sigamos chupando de las ubres del Estado, que cuando el Estado caiga en bancarrota, acabemos fuera del euro, y los gastos públicos no se puedan atender, como las nóminas de los empleados públicos, vendrán los lloros y los lamentos, pero sinceramente, como país, nos lo merecemos.