NOTAS BIOGRAFICAS SOBRE NICOLAS MARTINEZ AGOSTI
Al llegar a Infiesto por ferrocarril y salir de la estación, la calle que nos encontramos y que conduce hasta el centro está dedicada a mi abuelo, Nicolás Martínez Agosti. Hoy quisiera tratar de acercar su figura y personalidad a las actuales generaciones de Infiesto, que sin duda, por el paso del tiempo, se preguntarán de quién se trata.
El día 16 de agosto de 1858, nació en Palencia Nicolás, y a los pocos días fue bautizado en la parroquia de San Millán de esta localidad. Por circunstancias accidentales del trabajo de su padre Nemesio Martínez Cuesta, no pudo nacer en Asturias, como le hubiera correspondido, al ser sus padres ovetenses y pertenecientes a antiguas familias asturianas. La de su padre era oriunda de Villavaler, del concejo de Pravia, y la de su mujer. Elisa Agosti González-Alberú, provenía del piamontés Juan Bautista Agosti Paleari, farmacéutico llegado a Oviedo con las tropas napoleónicas.
Su padre trabajaba para la Compañía del Ferrocarril del Noroeste, que abarcaba las zonas de Asturias, Galicia y León. Al finalizar las obras y llegar a Asturias, residieron brevemente en Villaviciosa, donde fue secretario del Ayuntamiento. Posteriormente recaudador de contribuciones del concejo de Piloña, por lo que decidieron fijar su residencia definitiva en Infiesto en el año 1870. Casi toda la vida de Nicolás transcurrió en Infiesto y como enamorado de Piloña se sentía profundamente piloñés.
En Infiesto, Nicolás asistió a clases en la Obra Pía, donde aprendió ética y latín con D. Pedro Regalado. Continuó sus estudios de bachillérato en Oviedo, ya que sus padres le mandaron a casa de sus tíos Fausto y Virginia Agosti, ambos solteros y hermanos de su madre Elisa.
Una vez terminado el bachillerato, ingresó en la Universidad de Oviedo, licenciándose en Derecho Civil y Canónico, en el año de 1878. Nicolás siempre guardó un gran recuerdo de sus años estudiantiles y del cariño que recibió de sus tíos.
Ingresó por oposición en el cuerpo de Registradores de la Propiedad, profesión que ejerció desde 1884 hasta 1888: estuvo al frente sucesivamente de los registros de Órdenes (La Coruña), Cabuérniga (Santander) y Vivero (Lugo), pero al morir su padre en su residencia de Infiesto, su madre le pidió que se quedara con ella y con su hermano mayor Julio, petición a la que accedió. A partir de entonces, y una vez abandonada la plaza como registrador estableció su bufete en Infiesto, donde se llevaron importantes asuntos. Entre ellos destacaron por resaltar sólo algunos, la testamentaría de D. Luis María de Unquera y Antayo, Marqués de Vista Alegre, (que se articuló conjuntamente con otros despachos), y la participación en la comisión testamentaria de D. José Pando de Qués, que había fallecido en Buenos Aires, habiendo dejado una manda en su testamento a favor del Santuario de La Cueva. Formaban dicha comisión además D. José Argüelles y Argüelles y D. Ángel Rodríguez Prida. Como consecuencia de la ejecución de la mencionada manda, el Santuario disfrutó de una notable mejora. Su ejercicio profesional en la abogacía lo simultaneó durante un tiempo con el cargo de secretario del Ayuntamiento, puesto en el que sucedió a D. Hipólito Valdés Ortiz, siendo alcalde D. Eusebio Sánchez Suárez.
A pesar tanto de su temperamento algo retraído, como de sus escasas ambiciones en el campo de la política, aceptó ocupar la alcaldía de Infiesto en 1893, animado por sus amigos. El tiempo que desempeñó el cargo al frente del consistorio, se caracterizó por el desarrollo de las tesis liberales y republicanas, así como por la ejecución de políticas de marcado corte social, amparadas en su carácter conciliador.
A continuación reseñamos algunas de las actividades que tuvieron lugar bajo su mandato como alcalde de Infiesto. Así, subrayamos:
- Nueva instalación de las oficinas del Juzgado Municipal, y reforma de los locales del de Primera Instancia.
- Terminación del Registro Fiscal.
- Redacción del Reglamento de Régimen Interno del Ayuntamiento.
- Reglamentación del servicio médico municipal.
- Traslado de las oficinas de telégrafos a la Casa Ayuntamiento.
- Formación y organización del archivo municipal y de sus inventarios.
- Reparación del Puente Viejo, hoy desaparecido..
- Construcción del lavadero público en el barrio de Los Caños.
- Proyecto del matadero público y de traída de aguas, con ejecución parcial.
- Elaboración del padrón de pobres.
- Realización completa de los servicios de policía urbana.
- Reparación y mejora del alcantarillado general.
Siguiendo la línea iniciada hacía muchos años, continuó ejerciendo distintas responsabilidades dentro de la función pública. Así, entre 1.901 y 1.903 actuó como suplente del Juez Titular de Primera Instancia e Instrucción de Infiesto, ganándose un merecido reconocimiento, entre otras cosas, por la organización de dicho juzgado, hasta entonces en un completo abandono, debido no tanto a la acción del tiempo como a los trágicos efectos de la Tercera Guerra Carlista.
En otro orden de cosas, el ayuntamiento le nombró el 28 julio de 1916, siendo alcalde D. Ramón Cardín Meana, "Cronista Honorario del Concejo". Colaboró asiduamente con el diario de Gijón "El Comercio". Las materias que ocupaban con mayor frecuencia el nudo de estos artículos eran las descripciones costumbristas de la Piloña de entonces y sus personajes más destacados, todo ello con el fin de resaltar al concejo en los círculos culturales de la zona. Una recopilación de estos trabajos llevada a cabo por el propio Nicolás, se editó más tarde con el título de "El perfil de Piloña", donde firmó bajo el seudónimo "Un Vecino". Esta obra, prologada por Adeflor, en aquella época director de El Comercio, plasma la cotidianidad piloñesa en el periodo comprendido entre 1878 a 1916. También escribió "Caricaturas al cromo", obra inédita por expreso deseo suyo.
Dejando a un lado su esfera profesional para detenernos en sus rasgos personales y familiares, debemos resaltar el papel preponderante que jugó en su vida María Hombre Chalbaud. mujer que ante las difíciles circunstancias históricas que le tocaron vivir, máxime tras la muerte de Nicolás a quien sobrevivió veintidós años, hizo siempre gala de una fortaleza, discreción, generosidad y bondad sin límites, cualidades éstas que no sólo supo ver Nicolás, sino cuantos disfrutaron de su compañía, quienes tuvieron en ella un ejemplo constante.
Se conocieron en Santander en la casa de César Agosti, primo de Nicolás, y se casaron en Madrid, donde residía la novia, en la Iglesia de San José, el 17 de febrero de 1892. Tras la boda, fijaron su residencia en Infiesto, donde nacieron Julio, Fausto, María, Nemesio, Pablo, Eduardo y Rafael. El pequeño Nitín, que llevaba el nombre de su padre, nació en Madrid, debido a que en 1907 la familia se trasladó a esta ciudad con motivo de los estudios de sus hijos, quedando Infiesto de este modo como lugar de reunión familiar en los largos veranos. Varios de sus hijos se casaron con asturianas: Julio, con Piedad Capellán Casín, infiestina recientemente fallecida (en julio de 2000); Pablo, con Isabel Arguelles Díaz, de la casa de "El Orrín", también piloñesa; y por fin Rafael, con Sara Menéndez González, llanisca. Sin embargo, hay que hacer notar a pesar de la numerosa descendencia que dejó Nicolás, ninguno de sus nietos vive actualmente en Infiesto (actualmente sólo una nieta reside en la villa, que es la madre del dueño de este blog).
Podríamos añadir como dato anecdótico, que Nicolás vivió en distintas casas. Así, al llegar en su infancia a Infiesto con sus padres, estuvo primero en la calle Covadonga, en una casa propiedad de D. Rafael Cueto Blanco, para trasladarse al año siguiente al segundo piso de la casa de D. Celedonio García Valdés, en la calle del Retiro 4 y 6. Esta casa hacía esquina con la actual Martínez Agosti.
Fruto de ese traslado nació una gran amistad,que a través de varias generaciones ha llegado hasta nuestros días, entre la familia de D. Celedonio y Dña. Cruz, abuelos de las hermanas Angeles y Pilar Gutiérrez Castilla, y los padres de Nicolás, uno de cuyos hijos, Julio, se casó con Etelvina, hija mayor de D. Celedonio. Otro hijo de éste, Aquilino, fue muy amigo de Nicolás, y de niños fundaron juntos el periódico manuscrito "El Joven", primer antecedente de sus aficiones literarias.
Posteriormente cambiaron de nuevo de casa, a los números 16 y 18. numeración antigua, de la calle del Retiro. Estas casas fueron edificadas por D. Manuel Parúas Piernes. antiguo vecino de Qués. en un terreno que adquirió al Marqués de Vista Alegre, que era la parte oriental del prado de Las Llamosas. La familia las compró recién edificadas. Tenían un terreno lateral que llegaba hasta donde más tarde pasaría la vía del tren. Nicolás vivió en las dos casas, pudiendo instalar cómodamente el despacho y biblioteca. Pertenecieron a la familia hasta 1954, en que se vendieron. Hoy han desaparecido.
Acababa Nicolás de escribir un artículo para El Comercio que tituló "El progreso de Piloña" donde hablaba de las cercanas ferias de Santa Teresa, cuando inesperadamente falleció en Infiesto el día 8 de octubre de 1926. Formaron el duelo de amigos, D. José y D. Alvaro Arguelles Arguelles, D. Saturio Azcoitia Carbajal, D. Mario Gutiérrez Casulla. D. Félix Lueje Valdés y D. Juan Suárez.
El 25 de septiembre de 1927, el Ayuntamiento de Infiesto le dedicó una placa conmemorativa, erigida por suscripción popular que daba el nombre de Nicolás Martínez Agosti a la hasta entonces calle del Retiro. El alcalde D. Armando Vega Sánchez, pronunció unas palabras evocando la personalidad y obra de Martínez Agosti. Su nieto Juan Ignacio Chacón Martínez, fue el encargado de descubrir dicha placa, y su hijo mayor, Julio, quien agradeció sentidamente en nombre de toda la familia el homenaje dedicado a la memoriade su padre, homenaje al que hoy he tratado de sumarme como nieta de Nicolás a través de la redacción de estas líneas.
Homenaje en 1927 a Nicolás Martínez Agosti