Con respecto a la libertad de expresión, estoy muy de acuerdo con la opinión de Miguel Presno,
tal vez por haber sido alumno suyo. Entiendo en el caso del art. 578 CP
no estaba pensado para que castigar a un tuitero que le dé por hacerse
el gracioso o por buscarse notoriedad, sino para luchar contra el
terrorismo, en especial contra el entramado de las organizaciones
criminales que buscan perpetuar su actividad delictiva menospreciando,
persiguiendo y acosando a sus víctimas y
a sus familiares. No estoy tampoco de acuerdo con la propuesta de Pablo
Iglesias de derogar este artículo, aunque sí modificar su redacción
para mantener la finalidad que tenía. Además, en lo que respecta a mi
como nieto de Luis Carrero Blanco, considero que es más lógico que, para
este tipo de casos, deberíamos ser nosotros los que, si estimamos que
nos ofende una manifestaciones de alguien por las redes sociales,
ejerzamos las acciones legales pertinentes, no encontrarnos en medio de
ningún circo mediático que no hemos buscado.
En efecto, aquí incluso la condenada parece que va a sacar tajada, ya
que pese a ser condenado a un año de prisión (que no va a cumplir y que a
los dos años desde que se cumpla el plazo de suspensión de la condena
se le van a cancelar) ha facilitado una cuenta de pay pal para que le
hagan donaciones, cosa que no dudo va a recibir en bastante cantidad. Tampoco quiero prestar mucho más atención a una persona que ha quedado retratada cuando en el programa de Onda Cero, Más de Uno, Carlos Alsina, le preguntó sobre si eran ciertos algunos tuits que le atribuyen, y ella después en su cuenta de Twitter manifiesta que se sintió acosada por el entrevistador.
Por otra parte, nosotros, la familia, en cambio, nos hemos encontrado en medio de esta
polémica sin querer, y para colmo una serie de sinvergüenzas para,
supuestamente solidarizarse de la susodicha Cassandra, han empezado la
campaña de chistes hacia mi abuelo, sin ponerse a pensar siquiera en que
nos puede molestar. Seguramente les da igual, pero qué se les va a
pedir a unos hipíocritas (ya lo denuncié en mi muro de facebookLucía Carrero, que fue quién públicamente manifestó su oposición a que la juzgasen, y a la que tanto aplaudieron en su momento.
) que mientras que piden libertad de expresión para unas cosas son los primeros en pedir que les caiga todo el peso de la ley a los que exponen ideas que les molestan a ellos. Y es que además ni siquiera han tenido el respeto ni consideración por mi prima
A uno ya le cansa ya que por el hecho de ser nieto de alguien tenga que
ser objeto de desprecios, de ofensas e incluso de amenazas (en Piloña
ya vimos la famosa pintada de que "volarás como tu güelo"). Si encabezo o
lidero una formación política, y da igual que tenga en mi equipo a
gente de izquierdas, ya se nos moteja como formación de extrema derecha o
fascista. No se molestan en analizar nuestras propuestas o nuestra
trayectoria política, somos fascistas porque tengo un determinado
apellido. Ese es el gran nivel intelectual de algunos. Y esa es la
"democracia" que quieren algunos, una "democracia" en donde se
discrimine a la gente por razón de familia. Ahora por no tener nada que
ver en el caso, tenemos esta recompensa. Así que, muchas gracias por el
bonito detalle. Sé ve claramente qué tipo de personas son.
Estas son algunas de las pruebas gráficas de lo que digo:
La pregunta es, ¿hay derecho a esto?
Twitter: @josecarrerob