Hoy, 11 de septiembre, es, entre otras cosas, la Diada de Cataluña, y aprovecho la ocasión para felicitar a los catalanes en su festividad. Pero también quiero tratar el manido, y cansino, asunto del referéndum que tanto anhelan los políticos nacionalistas catalanes. Sé que dije que me negaba a seguir dando pávulo a un asunto que ya harta, aunque, por otro lado, no voy a dejar pasar por alto el vergonzoso caso de la familia Pujol. Caso que demuestra a las claras lo que venía afirmando desde hace mucho tiempo, en concreto en esta entrada (ver aquí), publicada el 2 de julio de 2008, que no es otra cosa que sólo les interesa las ideas nacionalistas para el lucro personal. Tampoco seamos injustos ya que se puede extender a políticos de otros colores, incluso dirigentes de nuevas formaciones políticas, como es el caso de Pablo Iglesias, Monedero y compañía, que tanto se les llena la boca hablando de la casta política, cuando ellos vienen de la casta universitaria. Todos sabemos, salvo honrosas excepciones, cómo se entra en los departamentos de la Universidades públicas. De ahí que te encuentres impartiendo clases a familiares, amigos, simpatizantes, afines ideológicos o pelotas del catedrático.
Pues bien, volviendo a la casta política nacionalista, bien se le ha pillado al patriarca de los Pujol, con una fortuna sin declarar en Andorra. Este señor que era un referente político y moral de las posturas nacionalistas, venerado incluso por miembros o afines de otras formaciones políticas nacionalistas (y no nacionalistas, como hemos visto recientemente), le ha robado a los catalanes metiendo su dinero en otro país. ¿Por qué lo digo? Aun dando por buena la tesis de que era dinero de la herencia del padre, de la que su hermana no tenía conocimiento -algo sumamente extraño, y voy a dejarlo ahí-, el no declarar el impuesto de sucesiones en Cataluña (su padre falleció en octubre de 1980), y el Estatuto de Autonomía de Cataluña fue aprobado por Ley Orgánica 4/1979, de 18 de diciembre, y en su disposición adicional sexta, se cedía íntegramente a la Comunidad Autónoma el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Es decir, todo el dinero que le correspondía pagar por dicho impuesto habría ido a parar en las arcas públicas catalanas. Pero es más, todos los intereses generados por estar depositados en una cuenta, habrían tributado por el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas, de la que el Gobierno catalán participa. Con lo cual, lo que se demuestra es que quien roba a Cataluña no es España sino los políticos catalanes como Pujol. Así que se puede acuñar perfectamente lo de "Pujol ens roba". ¿Alguien que es consecuente con sus ideales nacionalistas sacaría su dinero fuera de su país, impidiendo que sus conciudadanos se beneficien de los impuestos que debería haber pagado?
La triste realidad es que muchos políticos en este país no están por defender unos ideales sino por hacer negocio o como una profesión, que no precisa más capacitación profesional que hacerle la ola cuando corresponda al jefe de filas. Por desgracia, el romanticismo en la política ha desaparecido prácticamente. De hecho, cuando alguien, de verdad, pretende cambiar las cosas, es visto por la gente de la calle con incredulidad.
Twitter: @josecarrerob