Voy a comenzar mi último artículo desde el despacho en donde realicé la pasantía durante dos años, ya que hoy es mi último día que vengo a trabajar aquí, en Lugones. Curiosamente un día como hoy, mi antecesora, la titular del despacho Mud Abogados, hace dos años rompió, como ella misma dijo, el cordón umbilical e inició una nueva andadura en su propia embarcación. Por cierto, le van muy bien las cosas, algo que se merece porque es una chica honrada y trabajadora. También quiero mostrar mi agradecimiento a mi Letrado Director y padrino en mi jura, Francisco Javier Flores Suárez, por escogerme y enseñarme todo lo que sé sobre esta profesión.
En fin, cerrando el capítulo de las nostalgias y agradecimientos, el artículo de hoy va a versar sobre un tema de bastante actualidad y que está dividiendo a la derecha española, que no es otro sobre la no continuidad de Federico Jiménez Losantos en la COPE. Sobre este asunto tuve un entretenido debate en el blog de Alberto Esteban, y aquí voy a reiterar lo que allí dije, aunque lo completaré con otras reflexiones.
En primer lugar, creo que es un error que la Iglesia Católica sea la propietaria de una emisora de radio generalista, independientemente de qué personas dirijan sus programas, por la sencilla razón de que le perjudica meterse, directa o indirectamente, en cuestiones políticas. Porque lo que diga cualquiera de sus comunicadores es inmediatamente identificado, muchas veces con mala fe, con lo que creen sus dueños. ¿Cuántas veces se ha repetido la coletilla "la cadena de los Obispos"? La Iglesia debe centrarse en su labor pastoral, es decir seguir las enseñanzas de Jesús, sobre todo dejar de utilizar la archiconocida diplomacia vaticana.
Lo que es incuestionable es que su marcha va a suponer una pérdida de ingresos notable en la Cadena COPE, porque, las cosas como son, Federico Jiménez Losantos tiene muchos seguidores, y éstos van a dejar de conecta esta emisora cuando el aragonés se marche, con la consiguiente pérdida de ingresos. Pero tampoco se puede criticar a la Iglesia porque haya tomado una decisión que suponga pérdida de sus ingresos, porque la misión de la Iglesia no es lucrarse, o no debería serlo, sino difundir el mensaje contenido en los Evangelios. Si el fin de la Iglesia fuera ganar dinero, habría una cantidad de "negocios" mucho más lucrativos que tener una emisora de radio.
Por otra parte, reconozco que antes me hacía gracia cómo decía Federico las cosas, aunque dejé de escucharlo por dos motivos, el primero de ellos por problemas de sintonización de la COPE en Infiesto, y el segundo, por cansancio. Lo que no se puede negar es que el estilo de Losantos, que es el que le ha dado tanto éxito, es ofensivo, sobre todo para el que recibe sus críticas. Y, como jurista, es absolutamente normal, como expliqué en Las condenas judiciales a Losantos, que le condenasen los Tribunales. Porque como le he explicado a Alberto y a FanFatal, el problema del turolense no está en que llame desatinos a Moratinos o que llame incompetente al que lo es, sino la ristra de insultos o de ataques personales, como si alguien va mal vestido, si es feo.
No obstante, voy a romper una lanza en favor de Losantos porque llegó a creerse que controlaba al PP, porque de otra manera no se entiende que pidiera a Rajoy que expulsase a Gallardón, y sin olvidar que el éxito se le subió a la cabeza. Y digo esto porque, por un lado en la legislatura pasada todo los dirigentes del PP le mostraban una sumisión indecorosa y nunca le llamaron la atención por hablar en nombre de los votantes del PP; y, por otro lado, siempre se rodeó de gente que le hacía la pelota y nunca le pasaron llamadas que le criticasen (sé de muy buena tinta, por gente muy cercana a mí, que no pasan las llamadas de los oyentes que le son desfavorables). En resumidas cuentas, le faltaba una persona que, como los generales en el desfile de la victoria en Roma, aparte de sostenerle la corona de laurel le dijese que no era un dios sino un hombre. Por lo que su ego se le incrementó notablemente, impidiéndole dejarse asesorar. Pero este fallo no es exclusivo suyo sino que lo tendría cualquiera, por eso hay que desconfiar cuando hablan demasiado bien de uno, aunque nos guste oír todo tipo de alabanzas y nos fastidie las críticas. Los buenos amigos no son los que te doran la píldora sino los que te dicen las cosas como son, te guste o no, porque el que habla siempre bien de ti, no es porque te quiera, sino porque quiere conseguir algo.
Tampoco quiero dejar pasar la oportunidad de sequir aconsejando las buenas formas porque son mucho más efectivas. Duele más una crítica con buenas palabras que con insultos, porque si queremos que nuestro mensaje sea escuchado debemos abstenernos de poner cualquier tipo de descalificativos. Sólo falta poner una palabra desafortunada para que, seguidamente, la discusión acabe como el rosario de la Aurora. Hagan una prueba, si no valiese los ejemplos que hay en la Red, hablen con un amigo de cualquier tema, pero esta vez con insultos hacia su persona. Ya verán como inmediatamente se deja aparcado el tema de conversación. De hecho yo, sin tener intención, en foros del PP, por el hecho de que a un forero socialista le llamase en un post Oreja (mote que se me ocurrió para hacerle ver lo absurdo que era su argumento de confundir el todo con la parte en relación con que una CCAA era España, cuando yo le dije que era parte de España), se sintió ofendido y acabamos hablando de por qué le llamaba así. Tan cierto es lo que digo que hay algunos que se dedican únicamente a faltar a los demás, por ejemplo yo he sido víctima de los intolerantes de siempre, pero como no entro al trapo desisten.
Con esto quiero decir que,lo único que se hace con insultos o descalificaciones, por muy divertido que sea o mucha razón que se tenga, es que el que lo sufre, por solidaridad, se ve respaldado por otra gente, aunque no esté de acuerdo con lo que dice. Y así ocurre tanto en los insultados de derechas como de izquierdas, aunque, jugando a ese juego, la derecha española sale perdiendo porque sociológicamente España carga actualmente más a la izquierda que a la derecha. Por eso, como ya dije en este blog en su día, el PP perdió las generales de 2.008 por ir voluntariamente de la mano de Losantos, y aunque dicha decisión supuso que las listas populares incrementasen su voto, también consiguió movilizar en torno a Zapatero a muchos votantes, que provenían básicamente de las filas de IU, eso sin contar con que hubo gente que decidió no votar por la crispación política existente. De todo esto, el que salió peor parado, como se está viendo ahora, es Losantos, que utilizado por el PP para unificar a sus bases después de las elecciones generales de 2004, y el PSOE para tapar así se nefasta gestión y garantizarse, como sucedió, repetir la victoria aprovechando la alianza entre COPE y PP, como se ha podido ver cuánto gusto le cogieron las terminales mediáticas cercanas a Moncloa a repetir, una y otra vez, las declaraciones del presentador de La Mañana.
Con esto me despido hasta el mes de mayo, escribiendo desde mi propio despacho. Un abrazo a todos y un beso a todas.
En fin, cerrando el capítulo de las nostalgias y agradecimientos, el artículo de hoy va a versar sobre un tema de bastante actualidad y que está dividiendo a la derecha española, que no es otro sobre la no continuidad de Federico Jiménez Losantos en la COPE. Sobre este asunto tuve un entretenido debate en el blog de Alberto Esteban, y aquí voy a reiterar lo que allí dije, aunque lo completaré con otras reflexiones.
En primer lugar, creo que es un error que la Iglesia Católica sea la propietaria de una emisora de radio generalista, independientemente de qué personas dirijan sus programas, por la sencilla razón de que le perjudica meterse, directa o indirectamente, en cuestiones políticas. Porque lo que diga cualquiera de sus comunicadores es inmediatamente identificado, muchas veces con mala fe, con lo que creen sus dueños. ¿Cuántas veces se ha repetido la coletilla "la cadena de los Obispos"? La Iglesia debe centrarse en su labor pastoral, es decir seguir las enseñanzas de Jesús, sobre todo dejar de utilizar la archiconocida diplomacia vaticana.
Lo que es incuestionable es que su marcha va a suponer una pérdida de ingresos notable en la Cadena COPE, porque, las cosas como son, Federico Jiménez Losantos tiene muchos seguidores, y éstos van a dejar de conecta esta emisora cuando el aragonés se marche, con la consiguiente pérdida de ingresos. Pero tampoco se puede criticar a la Iglesia porque haya tomado una decisión que suponga pérdida de sus ingresos, porque la misión de la Iglesia no es lucrarse, o no debería serlo, sino difundir el mensaje contenido en los Evangelios. Si el fin de la Iglesia fuera ganar dinero, habría una cantidad de "negocios" mucho más lucrativos que tener una emisora de radio.
Por otra parte, reconozco que antes me hacía gracia cómo decía Federico las cosas, aunque dejé de escucharlo por dos motivos, el primero de ellos por problemas de sintonización de la COPE en Infiesto, y el segundo, por cansancio. Lo que no se puede negar es que el estilo de Losantos, que es el que le ha dado tanto éxito, es ofensivo, sobre todo para el que recibe sus críticas. Y, como jurista, es absolutamente normal, como expliqué en Las condenas judiciales a Losantos, que le condenasen los Tribunales. Porque como le he explicado a Alberto y a FanFatal, el problema del turolense no está en que llame desatinos a Moratinos o que llame incompetente al que lo es, sino la ristra de insultos o de ataques personales, como si alguien va mal vestido, si es feo.
No obstante, voy a romper una lanza en favor de Losantos porque llegó a creerse que controlaba al PP, porque de otra manera no se entiende que pidiera a Rajoy que expulsase a Gallardón, y sin olvidar que el éxito se le subió a la cabeza. Y digo esto porque, por un lado en la legislatura pasada todo los dirigentes del PP le mostraban una sumisión indecorosa y nunca le llamaron la atención por hablar en nombre de los votantes del PP; y, por otro lado, siempre se rodeó de gente que le hacía la pelota y nunca le pasaron llamadas que le criticasen (sé de muy buena tinta, por gente muy cercana a mí, que no pasan las llamadas de los oyentes que le son desfavorables). En resumidas cuentas, le faltaba una persona que, como los generales en el desfile de la victoria en Roma, aparte de sostenerle la corona de laurel le dijese que no era un dios sino un hombre. Por lo que su ego se le incrementó notablemente, impidiéndole dejarse asesorar. Pero este fallo no es exclusivo suyo sino que lo tendría cualquiera, por eso hay que desconfiar cuando hablan demasiado bien de uno, aunque nos guste oír todo tipo de alabanzas y nos fastidie las críticas. Los buenos amigos no son los que te doran la píldora sino los que te dicen las cosas como son, te guste o no, porque el que habla siempre bien de ti, no es porque te quiera, sino porque quiere conseguir algo.
Tampoco quiero dejar pasar la oportunidad de sequir aconsejando las buenas formas porque son mucho más efectivas. Duele más una crítica con buenas palabras que con insultos, porque si queremos que nuestro mensaje sea escuchado debemos abstenernos de poner cualquier tipo de descalificativos. Sólo falta poner una palabra desafortunada para que, seguidamente, la discusión acabe como el rosario de la Aurora. Hagan una prueba, si no valiese los ejemplos que hay en la Red, hablen con un amigo de cualquier tema, pero esta vez con insultos hacia su persona. Ya verán como inmediatamente se deja aparcado el tema de conversación. De hecho yo, sin tener intención, en foros del PP, por el hecho de que a un forero socialista le llamase en un post Oreja (mote que se me ocurrió para hacerle ver lo absurdo que era su argumento de confundir el todo con la parte en relación con que una CCAA era España, cuando yo le dije que era parte de España), se sintió ofendido y acabamos hablando de por qué le llamaba así. Tan cierto es lo que digo que hay algunos que se dedican únicamente a faltar a los demás, por ejemplo yo he sido víctima de los intolerantes de siempre, pero como no entro al trapo desisten.
Con esto quiero decir que,lo único que se hace con insultos o descalificaciones, por muy divertido que sea o mucha razón que se tenga, es que el que lo sufre, por solidaridad, se ve respaldado por otra gente, aunque no esté de acuerdo con lo que dice. Y así ocurre tanto en los insultados de derechas como de izquierdas, aunque, jugando a ese juego, la derecha española sale perdiendo porque sociológicamente España carga actualmente más a la izquierda que a la derecha. Por eso, como ya dije en este blog en su día, el PP perdió las generales de 2.008 por ir voluntariamente de la mano de Losantos, y aunque dicha decisión supuso que las listas populares incrementasen su voto, también consiguió movilizar en torno a Zapatero a muchos votantes, que provenían básicamente de las filas de IU, eso sin contar con que hubo gente que decidió no votar por la crispación política existente. De todo esto, el que salió peor parado, como se está viendo ahora, es Losantos, que utilizado por el PP para unificar a sus bases después de las elecciones generales de 2004, y el PSOE para tapar así se nefasta gestión y garantizarse, como sucedió, repetir la victoria aprovechando la alianza entre COPE y PP, como se ha podido ver cuánto gusto le cogieron las terminales mediáticas cercanas a Moncloa a repetir, una y otra vez, las declaraciones del presentador de La Mañana.
Con esto me despido hasta el mes de mayo, escribiendo desde mi propio despacho. Un abrazo a todos y un beso a todas.