miércoles, 29 de abril de 2020

DIARIO DE UN ABOGADO EN AISLAMIENTO: DIA 46

DIA 44 DEL DIARIO: 46 DEL CONFINAMIENTO

Acabo, como quien dice, de tener otra reunión con mis socios de ATD Abogados, y así que, por eso empiezo a escribir la entrada del día un poco tarde, aunque no más tarde que este lunes. A veces me cuesta pensar en qué día vivo. Lo que si no hay, por ahora, reseteo neuronal, aunque poco me falta. Ayer, os cuento, la entrada de ayer ha tenido muy buena acogida. Sobre todo por la foto. Creo que, por lo que he visto, me va a encumbrar en la cima del absoluto ridículo y esperpento. Bien es cierto que hubo otro momentazo digno de recordar, ocurrido hace 6 años, en el que perdí por completo la vergüenza cumpliendo con la nominación de Laura, que menudo regalito de cumpleaños me hizo, bañándome en aguas del río de la Marea. Seguro que ella se acuerda. Aquí tenéis prueba de ello



Exacto el dichoso legado del Tibu. Al agua con una camiseta cuan tocado fuera. Y seguro que estáis pensando lo mismo: el bañador. Es el mismo que utilicé para la foto de ayer. Os aseguro que ha sido pura casualidad. Me he dado cuenta, al rebuscar en mi Facebook, de que he usado el mismo bañador. Y sí, debería de renovar el vestuario y tirar algunos bañadores, como el de la foto. Un día de estos lo hago.

Pero bueno, lo que quería comentar es que la foto de ayer tuvo bastante éxito y aquí dejo una de las tomas falsas.


Como veis, con el perro incordiando. Tuve que echarle para que me dejara hacer bien la foto. Con él por medio no podíais comprobar la magnificencia de las chanclas con sus calcetines. Por cierto, los calcetines comprados en Rafer, a buen precio.

Y en lo que hoy concierne, he de informar a mis lectores que hoy se me ha roto por la mitad la lentilla derecha. Se me estaba complicando la operación "poner lentillas", empecé con el izquierdo. Después de unos intentos, probé con el derecho, y cuando cansé fui otra vez por el izquierdo. Sin saber cómo pasó, saqué otra vez la lentilla izquierda y me encontré con la mitad de una. Pensé inicialmente que era la que había cogido, pero no, ya que estaba entera. Así que miré el derecho y, en efecto, estaba la otra mitad. No sé por qué llegue a pensar que podía ser otra cosa en lugar de la mitad de una lentilla. Así que me vestí, me puse las gafas y fui a Lavandera y allí Eva me dio una para sustituirla. Luego volví, y después de varios intentos, logré el objetivo.

Por cierto, hoy no hay tampoco culebrón Sim. Mañana más. Ser buenos.

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