Hace tiempo que quería tratar el tema de los autónomos y pequeñas empresas, pero principalmente por cuestiones profesionales lo he demorado, y, al final, hoy lo puedo tratar. Este es un tema importante, sobre todo de cara a buscar soluciones a la crisis económica que estamos padeciendo. Creo que todos podemos llegar a un acuerdo de la necesidad de apoyar a este sector porque, de ello, dependerá de la rapidez de la que salgamos de esta situación angustiosa para muchísimos españoles y extranjeros residentes en nuestro país. El motor de la recuperación económica dependerá de las políticas que se apliquen en apoyo a los autónomos, ya que éstos son los que generan el empleo que nuestro país necesita, porque cuantos más autónomos se den de alta menos paro habrá y más ingresos tendrá la Hacienda pública y la Seguridad Social.
Pero el primer trabajo que tiene que hacer el nuevo Gobierno es pedagógico, puesto que la España castellana, la de la Corona de Castilla, ha sido tradicionalmente muy poco emprendedora y muy dado al pelotazo desde tiempos inmemoriales. Muchos hijodalgos castellanos, acostumbrados a vivir de las luchas contra los musulmanes en el período de la Reconquista, pasó a hacer las Américas, pero no para ganar dinero a través del establecimiento de negocios, sino de hacer dinero fácil por medio de las aventuras en las que se embarcaban, buscando el deseado El Dorado. No significa que no hubiera emprendedores, pero la Corona no hacía otra cosa que poner trabas al comercio. Por ejemplo, se impedía comerciar fuera de la Casa de Contratación de Indias. No es de extrañar que se acabaran independizando los territorios de ultramar, o que la colonización en América del Norte fuera una odisea. En los territorios en los que España no fue capaz de hacer nada más que perder dinero, EEUU ha logrado de ellos lugares prósperos, como California.
Pues esa mentalidad poco emprendedora de la España castellana -a diferencia del carácter fenicio de la España de la Corona de Aragón, en concreto de Cataluña- sigue predominando y nos sigue lastrando. Se sigue haciendo política no con bases pragmáticas sino desde el dogmatismo y los prejuicios. En efecto, sigue extendida la idea de que todos tienen que ser licenciados y que el objetivo debe ser sacarse una oposición, que te asegure un puesto de por vida. El progreso de la sociedad parte de los emprendedores, de los que quieren ganar dinero, no a través de pelotazos, llámese aventuras o timos cualquiera, a través del establecimiento de un negocio. Cuando no hay condiciones adecuadas, incluso hay retroceso como cuando el Imperio Romano no pudo garantizar la seguridad en el tráfico comercial por su extenso territorio, que acabó desembocando en una de las épocas más oscuras de la humanidad, la Edad Media. Cuando se volvió a salir a comerciar, y con ello ganar dinero, volvieron a resurgir las ciudades y a avanzar la sociedad.
Si no asumimos que el que decide montar su negocio es para ganar dinero, no para hacer caridad ni ser un primo, lastraremos la recuperación económica. Y al que quiere ganar dinero en nuestro país, le hemos de dar facilidades. Recordemos que el Estado vive, sobre todo en una sociedad globalizada, de los recursos que el sector privado genera. Si se invierte en nuestro país, se crecerá económicamente y el Estado recaudará más. El Estado no puede generar riqueza, no tiene capacidad para ello, pero no la tiene, no porque no pueda hacerlo económicamente sino porque desde lo público no se tiene la mentalidad para sacar rendimiento al dinero que se invierte, a diferencia de lo que hace uno con su patrimonio. El Estado ha de prestar una serie de servicios, como la seguridad pública o garantizar la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos, ya sea a través de servicios directos o de servicios de control. Pero lo que no puede hacer es meterse a empresario, porque, como ocurrieron con las economías socialistas en el Este de Europa, acabaron por caer por insostenibles, y ha obligado a la China comunista a pasarse a la economía de mercado. Los países del COMECON cayeron porque obviaron que, por mucho que vivamos en sociedad, el ser humano es un individuo libre, y que funciona a través de estímulos. Si a uno le van a pagar lo mismo haga lo que haga, ¿para qué esforzarse? ¿Para qué fabricar ordenadores más baratos, Ipad´s o tabletas si no tienes quien te los compre o te impiden venderlos?
Por todo lo expuesto, en España debemos apostar decididamente por el autoempleo, a través de beneficios fiscales como de bonificaciones en la seguridad social y facilitando la contratación laboral. Lo que no se puede hacer es que se paguen un 20% de los beneficios netos en pagos trimestrales a Hacienda, más el IVA que en muchos casos, sobre todo en sector servicios, corre a cuenta del profesional; ni tampoco, cuando se inicia una actividad, se debe pagar esas cantidades excesivas en el RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos), porque al inicio, cuando se tienen pérdidas, hay que ahorrar lo máximo posible; ni tampoco equiparar a un autónomo o una pequeña empresa con las grandes multinacionales, sobre todo porque no tienen muchos empleados y no están para andar despidiendo y contratando a trabajadores, porque pierde tiempo en enseñar cómo funciona su pequeño negocio, y desde luego, y más ahora, prefiere no contratar a nadie que hacerlo y tener que arruinarse en pagarle el finiquito. Ya sé que algunos, para no salirse de su dogmatismo, se empeñan en comparar al dueño de una pequeña tienda u oficina, con el promotor caradura que se ha dedicado a hacer pelotazos. Pero se equivocan, y deberían saberlo.
Además, si sale rentable el autoempleo frente a trabajar por cuenta ajena, ¿no preferirán los que están en paro montar su propio negocio que estar muriéndose de asco en el paro cobrando un mísero subsidio? ¿No preferirán montar su propio negocio frente a trabajar 40 horas semanales por 1.000 €? Todo ello sin contar con que si no hay menos mano de obra disponible, porque se prefiere ser autónomo, ¿no mejorarán las condiciones de trabajo las empresas que buscan trabajadores?
En cuanto al miedo a los pelotazos urbanísticos y las burbujas inmobiliaria, para evitarlo deberían empezar por perseguir la corrupción de manera decidida, principalmente lo relacionado con las recalificaciones. Algunos hablarán de lo que sucede en el levante español, pero también en el norte se ha hecho negocio, como por ejemplo en Llanes, cuyo último PGOU fue declarado ilegal por el Tribunal Supremo.
Por cierto, aprovechando que el río Piloña pasa por Infiesto, sería interesante que algunos dejaran de mentir echándole la culpa la Ley del Suelo del 98, porque fueron tres preceptos declarados inconstitucionales, el 16.1, el 38 y la Disposición Final Única en sus referencias a los preceptos citados y reinterpretados los 9; 11; 14.2 a) y b); 15; 17.1; 18.1, 2 y 3, por
la STC 164/2001, ya que invadía competencias de las CCAA, porque, entre otros motivos, "
Será entonces cada Comunidad Autónoma -y en los términos que cada una disponga, el órgano encargado de la ordenación o planificación urbanística- quien determine en qué forma y a qué ritmo el suelo urbanizable debe engrosar la ciudad." o "
...será cada Comunidad Autónoma, al fijar los criterios de consolidación por urbanización, quien determine también qué suelo urbano soporta deberes de cesión y cuál no".
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